Durante el rescate llegan hasta el corazón los gemidos que emite el perrito. El animal sabe que la gente se ha dado cuenta de que está atrapado en la tubería y que luchan por sacarlo del lío en el que se ha metido.
El perro estaba ansioso por salir y en cuanto pudo sacó la cabeza por el diminuto agujero que hizo el hombre. El hueco era todavía demasiado pequeño y el perro tuvo que seguir esperando.
El hombre continuó sacando más tierra y piedras hasta que finalmente el perro pudo salir completamente. El can fue bautizado como “Tubo”.