El Ayuntamiento de Nápoles ha puesto en marcha un experimento para intentar frenar el problema de la presencia de excrementos de perros en las calles. Para ello se extraerá el ADN de estos animales para poder multar a los propietarios que no recojan sus heces. La ordenanza municipal, que publicaron ayer los medios de comunicación italianos, prevé que el experimento se realice por el momento en los barrios napolitanos de Vomero y Arenella. Según se puede leer en la ordenanza, los propietarios que no registren a sus perros o se opongan a la extracción de sangre serán castigados con "multas que van desde los 25,82 a los 154,94 euros". La medida se ha encontrado ya con algunos problemas como el alto costo de la operación en una ciudad inmersa en una grave crisis, ya que según han explicado los laboratorios de análisis, la extracción del ADN tiene un coste de cerca 300 euros.
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