El lehendakari Imanol Pradales y el presidente español Pedro Sánchez van a inaugurar el próximo 6 de noviembre en Madrid una comisión histórica, la Comisión Permanente de Transferencias, para abordar el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika y establecer una metodología para ceder a la CAV las 29 competencias que aún debe gestionar. Desde Lakua se ha trabajado en el reglamento general de creación de las comisiones bilaterales de cooperación, que ya existía y que se adaptará a lo que acuerden de manera más específica ambos ejecutivos. 

Desde el verano, el Ejecutivo de Pedro Sánchez y voces socialistas, como la del líder del PSE, Eneko Andueza, han enfriado la cesión de los puertos (Bilbao y Pasaia) y aeropuertos (Foronda, Loiu y Hondarribia) porque, según el ministro de Transportes, Óscar Puente, forman parte del catálogo de interés general del Estado, “la ley es la que es” y “no va a ser fácil” cambiarla. En realidad, hay precedentes: mientras se negociaba la transferencia de las líneas de tren de cercanías, se pactó una enmienda en el Senado en la Ley del Sector Ferroviario, para que fuera posible sacar algunos trayectos del catálogo estatal.

El calendario del lehendakari Pradales plantea esta materia plantea para comienzos de 2025, junto a la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. En lo que queda de año, el Gobierno vasco se va a centrar en ocho (litoral, salvamento marítimo, autorizaciones iniciales de trabajo para personas extranjeras, meteorología, fondo de protección a la cinematografía, centro de verificación de maquinaria de Barakaldo para la salud laboral, inspección pesquera y pesca recreativa, y seguridad privada). 

Pradales entiende que "el Estatuto de Gernika está aún incumplido y que todavía restan 29 materias por transferir. Es una ley orgánica que debe cumplirse en su integridad y, en este sentido, hay un acuerdo entre el Gobierno vasco y el español y debemos culminar íntegramente el Estatuto antes del 2026 y en eso estamos enfocamos". El lehendakari reivindica "el espíritu del Pacto estatutario del 79 porque es la mejor base para abordar un salto cualitativo en el nuevo autogobierno vasco en el futuro. Creo que es fundamental la disposición adicional del Estatuto en la se reconoce la capacidad de actualización de los derechos históricos del pueblo vasco. Esta disposición nos da la clave de cómo ensanchar el autogobierno".

A su juicio, el Estatuto fue una buena herramienta en su época, pero "en estos 45 años ha cambiado el mundo y Euskadi y debemos trabajar un nuevo marco de autogobierno. Tenemos que abrazar una doble idea: la bilateralidad efectiva entre el Estado y Euskadi en las materias que se acuerden en ese nuevo marco del autogobierno y un sistema de garantías imparcial que no someta continuamente a interpretaciones las competencias pactadas".

r