En estos doce años, cualquiera que hablara en público o en privado con Itxaso Atutxa en los días previos a un proceso de renovación de las ejecutivas del PNV la escuchaba decir de manera recurrente que estaría dispuesta a retomar con total tranquilidad su carrera profesional en el sector audiovisual. Pocos se lo creían, en buena medida porque, con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los principales referentes del partido. Pero, finalmente, este miércoles ha dado por terminada su etapa y ha anunciado que no repetirá al frente del Bizkai Buru Batzar del PNV. La presidenta de la Ejecutiva vizcaina anunció su decisión en los micrófonos de Onda Vasca, la emisora del Grupo Noticias, en puertas de que comience la primera ronda de votaciones entre la militancia el jueves de la semana que viene para elegir a la persona que ocupará la presidencia en el territorio. Y quiso darle a su anuncio la máxima normalidad posible, argumentando que da por “completada” su etapa y sin hablar de cierres de ciclo o hacer otras lecturas. El 23 de noviembre, cuando se celebre la asamblea territorial, dará por finalizada también su actividad política pública y quiere retomar su profesión.

En los círculos jeltzales, ya rondaba la idea de la renovación total en las ejecutivas de los tres territorios de la comunidad autónoma vasca. Sin embargo, aún había quinielas periodísticas que se empeñaban en situarla, incluso, como sucesora de Andoni Ortuzar en la Ejecutiva nacional, el Euzkadi Buru Batzar, porque se ha convertido en uno de los referentes más claros de la formación, porque Bizkaia es la organización más potente del PNV desde sus inicios, y porque, aunque es verdad que el desgaste electoral ha sido generalizado en el PNV tras la pandemia del coronavirus y Bizkaia no se ha librado de ello, durante su mandato llevó al partido a cotas históricas, rozó la mayoría absoluta en las Juntas Generales y estuvo a punto de reeditar la conseguida por Iñaki Azkuna en Bilbao. Sí la consiguió en plazas simbólicas como Sestao o Bermeo. Y, todo ello, aunque comenzó con uno de los desafíos más complicados: buscar dos relevos que estuvieran a la altura de las intensas personalidades y los fuertes liderazgos de José Luis Bilbao en la Diputación y de Azkuna en la Alcaldía de Bilbao. Unai Rementeria se estrenó en Bizkaia mejorando los resultados.

La primera mujer que preside una Ejecutiva en Hegoalde

Itxaso Atutxa (Bilbao, 1967) tomó las riendas del PNV en Bizkaia en febrero de 2013. Inició su etapa con la presión de las expectativas depositadas en ella por ser la hija del expresidente del BBB Javier Atutxa, y porque era la primera mujer que presidía una Ejecutiva del PNV en Hegoalde (en Iparralde, ya se habían dado los casos de Claire Noblia y Txaro Goikolea). El PNV acababa de recuperar el Gobierno vasco, y los jeltzales podían tener a su favor cierto viento de cola porque el voto abertzale estaba movilizado tras el mandato del socialista Patxi López pero, al mismo tiempo, tenían el reto de recomponerse tras haber perdido la visibilidad del poder institucional en Ajuria Enea durante tres años y medio. 

Los relevos de José Luis Bilbao e Iñaki Azkuna

En esa etapa comenzó también el mandato de Andoni Ortuzar en el EBB. A Atutxa le tocó encargarse del aparato vizcaino, donde el PNV tiene sus mayores responsabilidades de gestión y su mayor cota de poder institucional. A ella le tocó buscar y proponer a los candidatos idóneos para dar el relevo a José Luis Bilbao después de tres legislaturas de mandato, y a Iñaki Azkuna, el alcalde que parecía irreemplazable, que logró la primera y única mayoría absoluta del PNV en Bilbao en toda su historia y que, con su estilo propio y su fuerte carácter, dejó una sensación de orfandad en el partido tras su muerte en marzo de 2014. Ibon Areso cubrió el puesto de manera transitoria, hasta las elecciones de 2015, a las que se presentó el exconsejero y todavía alcalde Juan Mari Aburto. 

Hasta la fecha, no se ha podido igualar la mayoría absoluta de Azkuna, pero el PNV se ha quedado cerca y ha consolidado la Alcaldía con porcentajes de voto cercanos o superiores al 40%. Para la Diputación, se optó por Unai Rementeria, que en 2019 se quedó a un puñado de votos de conseguir la mayoría absoluta, el mismo año en que Aburto casi la logró en Bilbao.

En las elecciones anteriores a su presidencia, las de 2011, el PNV había logrado 22 escaños en Bizkaia y el 37,22% de las papeletas. En Bilbao, tenía 15 de los 29 ediles, una mayoría absoluta, y el 44,16% de los sufragios. Todavía no había irrumpido Podemos. En 2015, en las primeras elecciones en el cargo tras la renovación de candidatos y con Podemos en el mapa político, el PNV logró incluso mejorar sus resultados en Bizkaia, con un 37,63% de los apoyos y 23 escaños. En Bilbao, se quedó sin la mayoría absoluta, pero obtuvo 13 ediles y un 39,34% del voto. 

En 2019, el año dorado en Bizkaia, Rementeria obtuvo 25 de los 51 escaños de las Juntas, con un 43,48% de las papeletas emitidas, más del doble que Bildu. Se quedó a un escaño de la mayoría absoluta. La victoria era aún más meritoria para el PNV porque los jeltzales solo habían logrado esa mayoría absoluta en dos circunstancias muy singulares y facilitadoras de ese desenlace: José Luis Bilbao obtuvo 27 escaños en 2003, con la izquierda abertzale ilegalizada; y Jose Mari Makua había logrado 26 en 1983, antes de la escisión de Eusko Alkartasuna. En cuanto a Bilbao, Aburto se quedó también a un solo escaño de lograrla, con 14 de 29 ediles y un 42,69% de voto. También de esa época es la mayoría absoluta de Aritz Abaroa en Bermeo ante EH Bildu, y Josu Bergara repitió la suya en Sestao tras lograrla por primera vez en la historia en 2015, en una demostración de la implantación cada vez más clara del PNV en Ezkerraldea, el otrora feudo inexpugnable de los socialistas.

Renovación

Los datos de 2023, tras la pandemia y en un contexto en el que Bildu parece haber recuperado parte del voto que se fugó a Podemos, los resultados han regresado a las cotas de 2015: en Bizkaia, el PNV tiene 23 de los 51 escaños y el 38,28% de las papeletas con una cara nueva, Elixabete Etxanobe, mientras EH Bildu ha escalado hasta los 15 representantes; y en Bilbao, el PNV tiene 12 de los 29 ediles, con un 36,57% del voto. En ambos casos, se han perdido dos representantes.

En estos años, los jeltzales han tenido que afrontar también sinsabores como la pérdida de Galdakao por los retrasos en la llegada del metro, y han tenido que lidiar con las resistencias de José Mari Gorroño a dejar el cargo en Gernika. Durante su mandato, al que Atutxa ha tratado de imprimir un estilo cercano y amable, la presidenta del BBB ha dado un empujón a la visibilidad de las mujeres y su influencia política, y ha impulsado la renovación de los perfiles al frente de las instituciones, llevando también a Elixabete Etxanobe a la Diputación de Bizkaia, la primera mujer que tiene la makila en el territorio.