“Hay que ir normalizando las relaciones”. De esta forma ha certificado Pedro Sánchez que en su libreta cuente con celebrar varias reuniones por separado con Carles Puigdemont y Oriol Junqueras a lo largo de la legislatura. Una serie de cumbres, con fotografía incluida, que aún no disponen de una fecha agendada ni con centro de operaciones pero que previsiblemente podrían desarrollarse una vez cuaje la ley de amnistía. En una conversación informal con periodistas, el líder del PSOE ha descartado además que estos pasos vayan a suponer un coste electoral negativo para las filas socialistas, amparándose en el ejemplo de cuando se adoptó la aprobación de los indultos, y los interpreta en el marco de un escenario coherente con el proceso de negociación abierto con estas dos fuerzas independentistas que propiciaron su investidura. 

Es la primera vez que Sánchez reconoce abiertamente que se citará con el líder de Junts después de que la formación soberanista lo diera por hecho la semana pasada por boca de su secretario general, Jordi Turull, quien añadió que en ese cara a cara no estará presente la figura del mediador internacional, a diferencia de los encuentros consensuados para abordar los acuerdos suscritos. Una vez que la medida de gracia entre en vigor, es previsible que Puigdemont deje de tener cuentas pendientes con la Justicia y la reunión podría producirse en el Estado español. Aunque es partidario del diálogo con los partidos independentistas, Sánchez sigue manteniendo discrepancias con sus postulados y alguna de sus iniciativas, y en concreto está en contra de que los jueces puedan comparecer en las comisiones de investigación del Congreso.

El PP no ha tardado en censurar las intenciones del presidente del Ejecutivo español, tachando de “lamentable” que vaya a sentarse en persona con sendos dirigentes secesionistas. El portavoz popular en el Congreso, Miguel Tellado, ha señalado que esta estrategia “refleja bastante el presidente del Gobierno que tenemos”, en tanto que para ellos reunirse con un “prófugo de la justicia” supone una nueva humillación y "una muestra de la degeneración a la que Sánchez lleva a España” como “marioneta del independentismo”. El propio Alberto Núñez Feijóo advirtió de que la ley de amnistía es la primera “meta volante” para un PSOE que no podrá seguir en Moncloa “si no pasa cada mes por Suiza para que le sellen la cartilla”. 

El jueves, con Pere Aragonès

De momento, la única reunión con fecha y hora es la que tendrá lugar este jueves (12.00 horas) en el Palau de la Generalitat entre Sánchez y Pere Aragonès, y en la que el president del Govern reclamará una mejora en las inversiones en Catalunya –con el traspaso de Rodalies como eje central–, una mejora de la financiación, la defensa de la lengua catalana y la necesidad para encontrar los mecanismos para “la resolución del conflicto político”, en conexión directo con el referéndum de autodeterminación. La portavoz del Ejecutivo catalán, Patrícia Platja, ha estimado que la futura reunión con Puigdemont “no influye” en este encuentro: “Habrá puntos en común, son complementarias pero de perfiles completamente diferentes”, ha aclarado, precisando que el president no tiene previsto verse próximamente con el líder de Junts si bien ya mantienen contactos “con normalidad”.