El segundo mandato de María Chivite está ya en marcha. PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin rubricaron ayer martes en el Parlamento foral el nuevo pacto de Gobierno, que deja vía libre a la candidata socialista y sienta las bases para la gobernabilidad de Nafarroa los próximos cuatro años. Se abre ahora el proceso de investidura, para el que será necesraria la abstención de EH Bildu, y que culminará la próxima semana con la toma de posesión de la presidenta y los 13 nuevos miembros de su gabinete, que apunta a una línea continuista.

No ha sido fácil llegar hasta aquí. La negociación se ha prolongado durante más de dos meses y ha generado momentos de tensión entre los socios del Gobierno, que tras cuatro años de cohabitación venían con la lección aprendida y las desconfianzas a flor de piel. Eso, y unas elecciones generales por medio, han complicado un proceso de acuerdo que por momentos ha estado al borde de la ruptura. Finalmente ha salido adelante porque ninguno de los firmantes quería nuevas elecciones y un Gobierno de 14 (PSN y Contigo) era a todas luces inviable.

El acuerdo se cerró el lunes tras una maratoniana sesión de reuniones que al final ha dejado más o menos contentas a todas las partes. Todas se dejan pelos en la gatera, pero no hay buen acuerdo que contente a todo al mundo. Así que la satisfacción era generalizada ayer en el Parlamento, donde los tres grupos firmantes se reunieron para dar el aprobado definitivo al texto programático. Un documento de 58 páginas que incluye mecanismos de cumplimiento y garantías de control, y que ahora habrá que poner en marcha en un clima de desconfianza interno que tardará en sanar.

El acuerdo se oficializó a mediodía con la firma de las líderes de las tres formaciones que componen el nuevo Ejecutivo Foral. Uxue Barkos (Geroa Bai) y Begoña Alfaro (Contigo-Zurekin), a las que ayer martes se sumó la propia Chivite (PSN), que tras apartarse de la negociación se incorporó a la firma del pacto. Suya será la responsabilidad de garantizar su cumplimiento y, sobre todo, lograr la cohesión de un gabinete tripartido que tiene desacuerdos importantes que habrá que gestionar.

Cargos

No han trascendido nombres todavía. Solo el de Alfaro, abogada vinculada al movimiento antidesahucios que asume la cartera de Vivienda con el reto de regular un mercado que tiene en el alquiler y la rehabilitación su apuesta principal. El resto quedan por nombrar, y se esperan novedades en al menos dos cargos relevantes, la vicepresidencia primera y el Departamento de Economía y Hacienda, puestos interinos ahora tras la salida de Javier Remírez al Senado y de Elma Saiz al Ayuntamiento de Iruñea.

Será en cualquier caso un gobierno continuista que volverá a buscar en la izquierda parlamentaria su estabilidad, con EH Bildu como socio principal. La formación soberanista lleva a cabo hoy miércoles una consulta interna para validar su apoyo a la investidura. Lo hará finalmente mediante una abstención, y no con el voto a favor que llegó a plantear la pasada semana si hubiera sido necesario en caso de bloqueo. Pero no deja tener el mismo valor, ya que supone una mano tendida para sumar mayorías en el Parlamento. Los partidos firmantes del acuerdo se reunirán hoy miércoles con EH Bildu para exponerle el acuerdo programático y facilitar su abstención.

La derecha mientras tanto vuelve a quedar en la oposición, esta vez dividida en tres partidos, UPN, PP y Vox. Ayer Javier Esparza (UPN) volvió a recurrir a la dependencia de los votos de Bildu como crítica principal a Chivite, lo que apunta a una nueva legislatura de bloques que no debería suponer mayor problema para el Gobierno si no se acaba perdiendo en su división interna.

Tiene en cualquier caso retos importantes como la coyuntura económica, con signos positivos sobre crecimiento y empleo pero en la que asoman algunas incertidumbres como la gran industria en proceso de transición, los tipos de interés disparados y Europa reclamando medidas de control de gasto. Y por supuesto en el ámbito social, con la sanidad y la atención primaria, ahora bajo el mandato de Geroa Bai, como reto urgente y principal.

La defensa del sector público vuelve a ser una bandera del Gobierno, que apuesta por el “progreso” de Nafarroa “sin recortes ni retrocesos”. Un claro mensaje que fija en el eje ideológico el debate político, y que deja en un segundo lugar las cuestiones las identitarias y lingüísticas, a las que también habrá que dar respuesta si el Gobierno de Chivite quiere representar a la mayoría social que lo sostiene.

Las claves

Primera presidenta que sale reelegida. Si finalmente María Chivite logra la investidura, será la primera mujer que repite en el cargo. Sus dos predecesoras, Yolanda Barcina (2011-2015) y Uxue Barkos (2015-2019), solo estuvieron una legislatura. Será además la primera presidenta que repite mandato desde Miguel Sanz (1996-2007).

Tres mujeres firman el acuerdo. El acuerdo programático y de Gobierno acordado por PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin lleva la firma de tres mujeres: María Chivite, Uxue Barkos y Begoña Alfaro. Las tres marcarán la dirección y el ritmo del nuevo Gobierno navarro, dos de ellas desde dentro (Chivite y Alfaro) y una desde fuera (Barkos). Una cuarta, la portavoz de EH Bildu, Laura Aznal, será quien deberá garantizarles la estabilidad parlamentaria.

Los plazos. El presidente del Parlamento Foral inicia hoy la ronda de consultas con los portavoces parlamentarios para oficializar la candidatura de Chivite a la presidencia del Gobierno de la comunidad. Mañana tendrá lugar la Mesa y Junta de portavoces, que será quien fije fecha y hora para el pleno de investidura. La previsión inicial es que tenga lugar el sábado y si no hay mayoría absoluta, como parece probable, habrá una segunda votación el domingo. La toma de posesión de la presidenta y los consejeros quedaría así para la próxima semana. Los plazos se podrían retrasar si no hay consenso político. El reglamento exige tres días entre la convocatoria y la celebración del pleno, pero se pueden acortar si es preciso.