De mal en peor. Si el PNV ya venía criticando el giro de Alberto Núñez Feijóo hacia la derecha dura por haber prometido la derogación de las leyes Trans y de Memoria si consigue llegar a La Moncloa, los jeltzales creen que a estas alturas se le ha caído por completo la máscara de la moderación y que ha cruzado “una línea roja” con la entrada de Vox en el Gobierno de la Comunidad Valenciana. Una decisión “inaceptable” a ojos del portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, que podría ser la antesala de una coalición PP-Vox también en el Estado, y que sitúa a Feijóo en una estrategia de normalización de la ultraderecha que no secunda nadie más en los países europeos del entorno. El líder de los conservadores alemanes de la CDU, Friedrich Merz, ha trazado con claridad un cordón sanitario, se niega a pactar con xenófobos y antisemitas, y su partido ha llegado a pedir el voto para candidatos socialistas con tal de cerrar el paso a los ultras. En Italia, la derecha sí ha normalizado a los ultras de Meloni y gobiernan en coalición, pero se trata de una derecha populista, Forza Italia de Silvio Berlusconi, que en principio poco se parecía al PP español, aunque ahora los límites comienzan a difuminarse.

Esteban ha sido muy crítico este miércoles en una entrevista en ETB-1. “Feijóo ha cruzado una línea, eso está claro”, sentenció. El jeltzale puntualizó que, antes del acuerdo en la Generalitat de Valencia, el PP ya dio luz verde a la entrada a Vox en el Gobierno de Castilla y León hace un año, pero en aquel momento Feijóo se escudó en que llevaba muy poco tiempo al frente del PP, dijo que había dado manos libres al partido en la comunidad autónoma, y trató de liberarse de cualquier responsabilidad. “Dijo que llevaba muy poco tiempo en la presidencia del PP y que no era su responsabilidad. Ahora sí. Y ahora él le ha dado el visto bueno. Ha cruzado una línea y hará lo mismo en el Estado para formar gobierno”, interpretó. 

En cualquier caso, Esteban también vio pecado en el PSOE, que por su interés partidista y electoral ha querido que el PP se cueza en su propia salsa y pacte con Vox para poder movilizar el voto de izquierdas en las elecciones generales del 23 de julio. “El PSOE tenía otra opción”, dijo, que pasaría por dejar al PP que formara gobierno porque tiene más escaños y así “no dependería de Vox”, una decisión que además hubiera dado “fuerza” al PSOE en el Parlamento porque el PP no tendría mayoría para gobernar. “Pero al PSOE no le conviene, porque ambos partidos van a confrontar. Feijóo ha cruzado una línea roja y se ha visto que no es moderado, pero el PSOE busca eso”, lamentó Esteban.

El jeltzale cree que Feijóo ha hecho la lectura de que los ciudadanos del Estado ya no tienen miedo a la ultraderecha y que hay una corriente a su favor, pero avisa de que el PP ha terminado haciendo “lo que se ha evitado en otros estados europeos, meter a la ultraderecha en el gobierno y normalizarla”. “Y eso a mi juicio es inaceptable”, concluyó.

El PNV rechaza que las elecciones sean presidenciales

¿Qué efectos prácticos tiene esta crítica de Esteban a la hora de firmar acuerdos postelectorales tras las generales del 23 de julio o de apoyar a uno u otro candidato a la investidura? Al jeltzale le preguntaron en dos ocasiones si el PNV votaría a favor de Feijóo para que no dependiera de Vox. El PNV lleva meses avisando de que no estará en ningún acuerdo con Vox, aunque en las últimas semanas se ha negado a elucubrar con la posibilidad de apoyar una mayoría del PP sin Vox porque ninguna encuesta da a Feijóo la fuerza necesaria sin la ultraderecha, y políticamente tampoco se ve acordando con un Feijóo que quiere derogar avances sociales y en materia de memoria. La preferencia del PNV es acordar de nuevo con Pedro Sánchez, pero sobre unas bases diferentes porque la confianza está muy tocada por los incumplimientos del socialista. Pero las elecciones están tan cerca que ahora toca que cada partido hable de su libro. Y el libro del PNV es rechazar que estas elecciones sean presidencialistas y poner en valor la importancia de sus escaños para dar voz a Euskadi. Por ello, ante las preguntas, Esteban negó que estas elecciones sean presidenciales, sino que se elige un Congreso y que, aun así, no se ve “votando a favor” porque el PNV lo ha hecho en contadísimas ocasiones.

“Estas no son unas elecciones presidencialistas entre Feijóo y Sánchez, sino unas elecciones para elegir a las y los representantes de la ciudadanía, y a quienes van a defender los intereses de las vascas y los vascos en Madrid. Y la mejor opción es el PNV”, defendió Esteban. Las generales son siempre unas elecciones complicadas para el nacionalismo vasco y catalán, y lo serán más aún ahora: el adelanto electoral acorta el margen para calentar motores porque la precampaña no será larga.

Distancias con el PP

El PNV sigue marcando distancias con el PP tras el portazo que dio hace unos días el propio Esteban a un acuerdo con Feijóo en vista del rumbo que están tomando los acontecimientos. En Euskadi las cosas no son muy diferentes. Aunque los populares han ofrecido sus votos gratis al PNV y al PSE para aupar a sus candidatas en instituciones donde la lista más votada fue la izquierda abertzale, los jeltzales no quieren entablar ninguna negociación con el PP para dejar amarrada la gobernabilidad posterior y han aclarado que su único pacto global lo tienen con los socialistas vascos. El PNV mira hacia Podemos, a quien no descarta como posible aliado en distintas votaciones.