El PNV ha pinchado la burbuja que llevaba unos cuantos días revoloteando en la política estatal y en la vasca. Los jeltzales no contemplan respaldar una investidura alternativa, capitaneada por el PP de Alberto Núñez Feijóo, tras las elecciones generales del 23 de julio. El PNV reduce a un mero ejercicio de ficción literaria la posibilidad de que se articule una mayoría de los populares sin Vox, porque ninguna encuesta da semejante fuerza a Feijóo, tal y como argumentó el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, en una entrevista publicada por este periódico el domingo. Por ello, no tiene ningún sentido hablar de un escenario que no se va a producir. El propio portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, se ha encargado de zanjar las especulaciones que habían circulado con motivo de algunas de sus declaraciones. Cuando se le ha preguntado este lunes en Radio Euskadi por quién se decantará entre Alberto Núñez Feijóo y el socialista Pedro Sánchez, apuntó con claridad hacia el actual presidente español, porque la opción de Feijóo va de la mano de Vox, y también porque PNV y PSE acaban de renovar su acuerdo para gobernar las instituciones vascas.

En cualquier caso, el PNV deja ver que las cosas van a cambiar mucho en su relación con Sánchez y que el presidente español va a tener que sudar tinta esta vez si quiere conseguir que Sabin Etxea respalde su investidura y las leyes posteriores. Si Ortuzar ya avanzaba en la entrevista con este periódico que los acuerdos con Sánchez tendrán que materializarse en el Boletín Oficial del Estado antes de ofrecer los votos del PNV, como principio general, tanto en la investidura como en la producción legislativa posterior, Esteban añadió que el acuerdo tendrá que tener otras bases y garantías, tendrá que ser más concreto y llevar también unas fechas muy específicas.

El acuerdo actual del PNV con el PSOE, el de investidura, recoge 12 puntos que van desde las transferencias que contempla el Estatuto de Gernika hasta la presencia vasca en Europa y el modelo de Estado, pero la forma en que Sánchez ha dilatado o directamente incumplido la mitad del acuerdo lleva al PNV a replantearse el formato de la colaboración para que, esta vez, el PSOE no tenga escapatoria para cumplir la palabra dada.

“Lo lógico es intentar explorar el pacto con otras bases y garantías con el presidente Sánchez. Probablemente el acuerdo al que lleguemos sea mucho más concreto y con momentos y fechas tasadas”, dijo. ¿A qué se refería? Esteban insistió en que está satisfecho con el grado de cumplimiento de los acuerdos presupuestarios, que cifró en un 80%, pero contrapuso esa realidad a la forma en que Sánchez ha “remoloneado” para cumplir el acuerdo de investidura, sobre todo, en las cuestiones relativas a la estructura del Estado. “Habrá que ir a algo más concreto y reducido, pero con fechas”, aclaró.

El PNV no ha dado un respaldo acrítico al Gobierno español en la legislatura que ahora toca a su fin, sino que ha rechazado, por ejemplo, la reforma laboral (porque no introducía la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales) y la Ley de Vivienda (por invasión competencial, al contrario que EH Bildu, que sí dio su respaldo). No obstante, en Sabin Etxea sí se reconoce que la situación de pandemia y la subida de los precios que desató la guerra en Ucrania han impedido dar un golpe más categórico sobre la mesa.

La alternativa que se sitúa enfrente es la del PP y Vox. A juicio de Esteban, Sánchez va a tener que ser la alternativa que respalde el PNV, porque además jeltzales y socialistas tienen un acuerdo que acaban de reeditar en suelo vasco para las diputaciones y los ayuntamientos. El secretario general del PSE, Eneko Andueza, fue más allá en Euskadi Irratia y dejó caer que el respaldo del PNV a Feijóo tendría consecuencias en su relación en suelo vasco, aunque de inmediato matizó lo que estaba diciendo y admitió que los jeltzales no tienen demasiado margen y tendrían que dar muchas explicaciones a la sociedad vasca, que no entendería un respaldo al PP. PNV y PSE, además, gobiernan también en coalición en el Ejecutivo de Urkullu, que se enfrenta ahora a su último año de andadura con la intención declarada del lehendakari de que se pueda sacar adelante la mayor producción legislativa, lo que requiere paz y estabilidad entre los socios.

“Es nuestra palabra"

Esteban explicó que PNV y PSE están gobernando en muchas instituciones: “Somos dos partidos que nos conocemos y podemos llegar a acuerdos”. Cree que el acuerdo en Euskadi está muy asentado y ya es difícil moverlo. Pero, más allá de eso, recordó que “la alternativa de Feijóo es Feijóo con Vox porque, si no, no le van a dar los números”. “Y en esa alternativa no vamos a estar. Es nuestra palabra”, zanjó. 

En algunos ámbitos se traslada el mensaje de que Feijóo cruza los dedos para poder gobernar sin Vox y con el PNV. Pero, por ahora, las encuestas y extrapolaciones de los resultados de las elecciones municipales y autonómicas sitúan a los populares en una horquilla de entre 130 y 140 escaños, como mucho. Les faltarían 36 para la mayoría absoluta, lo que hace totalmente inviable esta elucubración. Los votos gratis que supuestamente ofrece Feijóo al PNV y al PSE para gobernar en varias instituciones en Euskadi con tal de que no gestione Bildu se han recibido con frialdad por parte de los jeltzales, que siguen apelando a la opción de Podemos.

Reuniones con ministros para culminar acuerdos presupuestarios

Hasta que suene el pitido final y llegue la cita con las urnas del 23 de julio, el PNV va a apurar todo el tiempo que queda para materializar los acuerdos que ha dejado en el aire el adelanto de las elecciones generales por parte de Pedro Sánchez. Esteban estuvo la semana pasada en Madrid para reunirse con varios ministerios y acelerar algunas cuestiones que ya tenían reflejo presupuestario pero que aún debían materializarse en la práctica en el ámbito medioambiental y el de infraestructuras. Las Cortes Generales están ya disueltas por la convocatoria electoral, pero la semana pasada tuvo lugar una reunión de la Diputación Permanente sin demasiada trascendencia que Esteban aprovechó para tratar de mover los compromisos pendientes.

Si Andoni Ortuzar ya avanzaba a este periódico que Esteban seguía perfilando unos convenios pese al adelanto electoral, el propio portavoz en el Congreso ha confirmado en Radio Euskadi que la semana pasada aprovechó la Diputación Permanente para estar con varios ministerios y abordar “cosas que están en los Presupuestos y hay que culminar ya”, relativas a infraestructuras, convenios y aspectos medioambientales. Admitió que no hay opciones de mover las transferencias que recoge el Estatuto de Gernika, donde recriminó al Gobierno español que ya tenían un acuerdo político cerrado sobre el traspaso de los ferrocarriles de Cercanías y en los últimos tiempos el Ejecutivo ha puesto como objeción problemas con la Abogacía del Estado. Esteban recordó que hay base legal y que sería posible si existiera voluntad política.

El adelanto electoral de Sánchez ha dejado en el limbo negociaciones como el blindaje de la singularidad de las cooperativas, el IVA de los celíacos o el uso medicinal del cannabis, y deja también en el aire la interlocución para seguir impulsando proyectos como el Guggenheim Urdaibai. En cualquier caso, Esteban no quiso concretar qué cuestiones está negociando con el Ejecutivo español, más allá de aclarar que son materias con reflejo en los Presupuestos del Estado y que hay que rematar.