La cumbre hispanofrancesa prevista este jueves en Barcelona sigue tensionando la política en Catalunya, con especial hincapié en los movimientos sociales independentistas, que han unido fuerzas para celebrar una manifestación de protesta, y las instituciones del Estado, que insisten en que la situación actual nada tiene que ver con la tensión de 2017. En el epicentro de todo ello se sitúa el president de la Generalitat, Pere Aragonès, que acudirá a ese foro junto al presidente español, Pedro Sánchez, y el francés, Emmanuel Macron, pese a que su partido, ERC, se ha sumado a las movilizaciones soberanistas.

Aragonès fue ayer lunes interpelado por las dos partes, y así el portavoz de JxCat, Josep Rius, le pidió que “preserve la dignidad institucional” durante la cumbre internacional. En una rueda de prensa, reclamó al president que no deje “falsificar la realidad política catalana”, ya que la cumbre busca “escenificar el fin del procés”. Añadió que el procés no se acabará cuando lo diga Sánchez “sino cuando lo decidan los catalanes”, y recordó que en el Parlament hay una mayoría de diputados a favor de la independencia.

Sobre este mismo asunto, la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno español, Isabel Rodríguez, restó importancia a que ERC se sume a las movilizaciones independentistas convocadas contra la cumbre hispanofrancesa, y puso en valor que el foro va a contar con la presencia de Pere Aragonès.

“Yo no entro a valorar la actitud de otras partidos, lo que valoro es que en esta cumbre va a estar el president de la Generalitat”, dijo en Onda Cero. Reivindicó a su vez que “esta semana en Barcelona se va a celebrar una cumbre muy importante con nuestro país vecino, en la que se hablará de futuro, nuevas energías, soberanía energética...”. Como respuesta a esta cita, la ANC, Òmnium Cultural y el Consell per la República han convocado en Barcelona una manifestación a la que acudirán JxCat, la CUP y ERC.