pamplona - La Fiscalía Anticorrupción ha pedido al juez de la Audiencia Nacional Diego de Egea, instructor del caso Villarejo, que impute al exdirector adjunto operativo (DAO) de la Policía Nacional Eugenio Pino y a Sergio Ríos, quien fuera chófer de Luis Bárcenas, por el dispositivo policial que se habría puesto en marcha en 2013 para recuperar información que el extesorero del PP pudo llevarse del partido cuando fue despedido.
Los fiscales del caso han solicitado la citación de Pino, número dos de Ignacio Cosidó y jefe directo de José Manuel Villarejo, y Ríos como investigados en la pieza separada que el magistrado de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción número 6 abrió a principios de noviembre para investigar si Interior pagó al chófer con fondos reservados a fin de que recuperase documentos y grabaciones comprometedoras para el PP, en la operación Kitchen, según publicó ayer El Independiente.
El supuesto operativo policial para hacerse con la información que podría haberse llevado Bárcenas habría estado dirigido por el comisario Villarejo y el también comisario Enrique García Castaño. El exDAO Eugenio Pino era el máximo responsable operativo de la Policía del que jerárquicamente dependían los dos anteriores cuando tuvieron lugar los hechos, en 2013.
En aquel año, la Audiencia Nacional llevaba muy adelantada la instrucción del caso Gürtel y una de las piezas de esta causa investigaba la posible financiación irregular del PP, en la que Bárcenas es el principal imputado. Es documentación relativa a esta pieza la que se le pudo sustraer al extesorero mediante el operativo policial de Villarejo y García Castaño, según publicó El Mundo.
El director general de la Policía en la época de la operación Kitchen, Ignacio Cosidó, destinó a 80 agentes a espiar a Bárcenas para conseguir documentos sensibles de Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal y Javier Arenas y evitar así que fueran utilizados en su contra. Este operativo se camuflaba como una operación contra el terrorismo yihadista y de esta manera lograr los fondos y personal necesarios, informó ayer Ok Diario. El dispositivo estaba formado por 20 mandos y 60 agentes, divididos en seis grupos de 10 agentes. Las órdenes de los seguimientos las trasladaba directamente el comisario Enrique García Castaño, jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO). Mientras éste dirigía a los agentes, Villarejo controlaba al chófer Sergio Ríos y demás topos infiltrados en la familia de Bárcenas, a quien se referían en clave con el nombre de El Gomina. Sin embargo, quien mantenía el hilo directo con Cosidó era García Castaño. Al menos, eso fue lo que desveló el comisario a sus agentes. En más de una ocasión, les confesó que Cosidó “estaba informado de todo”.
vigilancia del domicilio La orden que recibió la dotación era no perder nunca de vista el domicilio de los Bárcenas y, principalmente, los movimientos de su esposa Rosalía Iglesias. Las pesquisas no resultaron difíciles porque la mujer del tesorero del PP realizaba la mayoría de sus gestiones en los barrios de Salamanca y Chamberí, en el centro de Madrid.
Una fuente policial conocedora del operativo contra Bárcenas aseguró al medio que tanto Villarejo como García Castaño informaban periódicamente del desarrollo de las pesquisas a la cúpula de la Policía, incluido su director Ignacio Cosidó. El fin último de la misión era recuperar los papeles y cintas de Bárcenas que afectaban a altos cargos del PP para retirarlos de la circulación y privar a los jueces de toda esa documentación sensible.
El respaldo oficial a las labores de espionaje a Bárcenas y su familia quedó claro desde el primer día de la creación del dispositivo policial de espionaje al que fuera tesorero del PP, pues tanto los agentes como los mandos del operativo dispuesto recibieron medallas al mérito policial.
Además, el juez de Madrid Juan Javier Pérez Pérez ha llegado a la conclusión de que el número dos de la Policía con el último Gobierno del PP intentó incorporar a la causa de la Audiencia Nacional contra los Pujol información robada y personal del primogénito del expresident. Por ello mantiene la imputación contra Eugenio Pino en relación con este pendrive vinculado en su declaración judicial con el excomisario Villarejo.
El titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid considera que hay indicios suficientes para procesar al comisario Pino y a uno de sus subordinados por los delitos de fraude procesal, falso testimonio y revelación de secretos. Se trata de la causa judicial más avanzada contra las maniobras de la policía política que operó en el seno del Ministerio del Interior entre 2012 y 2016, dedicada a fabricar informes contra los adversarios políticos del PP. Pino había sido el policía elegido por el partido de Rajoy para la dirección operativa del Cuerpo.
El comisario Eugenio Pino se jubiló en el verano de 2016 con la más alta distinción que un ministro del Interior, en este caso Jorge Fernández Díaz, puede conceder a un policía en vida, la Cruz de Plata al Mérito Policial, con una gratificación del 15% del sueldo de por vida. - D.N. / Foto: Efe
Brigada patriótica. Eugenio Pino fue número dos de Ignacio Cosidó y jefe directo de José Manuel Villarejo durante las operaciones Catalunya y Kitchen, ambas investigadas por la Justicia.