BILBAO - Hace poco más de un mes desde que Felipe VI fuera proclamado rey, y desde el principio, ha intentado mostrar una imagen remozada dentro de la Corona. El nuevo monarca sigue con el lavado de cara de la monarquía española, y en este sentido, la Casa Real presentó ayer una serie de medidas para mejorar y renovar su semblanza. Entre ellas, anunció que tanto los padres como las hijas de Felipe de Borbón solamente podrán desarrollar actividades de naturaleza institucional, es decir, tanto el rey, como la reina, sus dos hijas y los antiguos monarcas no podrán tener ningún tipo de cargo de ámbito privado. Otra de las iniciativas radica en la decisión de que las hermanas del rey, Elena y Cristina, no desarrollarán actividades institucionales salvo excepciones. Así, será decisión suya que acudan a actos oficiales o no mediante un encargo expresamente para ello. A su vez, tampoco recibirían una retribución económica por ello.
Desde Zarzuela, un portavoz aseguró que el caso Nóos no ha tenido nada que ver en esta decisión. En este sentido, dentro de la Familia Real no se volverán a repetir episodios como los de las antiguas infantas, que recibían retribución por ser parte de la Corona y lo compatibilizaban con actividades en empresas privadas, ya que la dotación que recibían no equivalía a un sueldo aunque se llevasen parte del Presupuesto de la Casa Real. Lo que está claro es que el caso de corrupción en el que están inmersos tanto Iñaki Urdangarin como su esposa, Cristina, ha precipitado aún más esta medida adoptada por Felipe VI.
El monarca quiere presentar un código de conducta para el personal de la Casa Real que incorporará una serie de principios éticos a cumplir. Zarzuela explicó que, entre otras cosas, dicho código podría prohibir aceptar regalos que no entren dentro de lo considerado “cortesía”. Además, pretende firmar tres convenios con la Intervención General del Estado, la Abogacía General del Estado y la Secretaría de Estado de Comercio: el primero, para someter las cuentas de la Casa Real a una auditoría externa, además de la interna que se hace desde 2007; el segundo será un asesoramiento “ordinario y permanente”; y el tercero permitirá asesoramiento para los intereses económicos del Estado, para los que el rey siempre ha tenido peso en el extranjero. - I. Ugarte