BIlbao - Jon Jaunarena (Leitza, 1992) se reseteará como pelotari mañana, Día de Reyes, en el Astelena de Eibar. El regalo que le llega de Aspe es un curso más como manista profesional en la empresa, dentro de una plantilla en la que le comentaron que no había sitio para él como delantero. Eso fue hace tres semanas. La operadora comunicó al navarro que su única opción de seguir en las filas de la promotora era la reconversión y buscarse las habichuelas en los cuadros largos, territorio en el que han debutado cinco jóvenes desde 2015 debido a las necesidades de la marca eibarresa. El ultimátum llegó con tres entrenamientos en los que el pelotari tenía que dar el do de pecho, dado que el contrato expiraba con el fin del curso. Jaunarena mostró su talla y desde Aspe ya anunciaron que “iba por buen camino”. El leitzarra enseñó su mejor cara, así que en la operadora valoraron que tiene “dos manos con un brillo especial”. Firmó un año más de contrato, hasta diciembre de 2017, y la inscripción en el Parejas de Segunda, donde partirá con Darío Gómez, un dueto con electricidad en el golpe.
Si bien Aspe tiene fe depositada en un pelotari que no pudo corroborar en Primera el nivel demostrado en Segunda -categoría en la que ganó el Parejas, el Manomanista y el Cuatro y Medio en 2012-, desde la empresa esperan que pueda encontrar un nuevo amanecer atrás. Jaunarena, por lo menos, ha currado para ello y destaca que no sabe por qué no le llegaron los frutos cuando era delantero, ya que “trabajaba con la misma intensidad o incluso más”. La fragilidad en los partidos clave se transformaron en una cizalla para el leitzarra, quien desde el campo aficionado venía mandando con su pegada. Debutó el 29 de diciembre de 2010 con 18 años y el aura de estrella por pulir, pero no ha terminado de cuajar a pesar de la Triple Corona de plata.
“He cambiado de puesto y me toca aprender. De momento, voy a entrar en el torneo de Promoción y tengo siete partidos para continuar con mi formación en una nueva demarcación”, desgrana el todoterreno de Leitza, al que le ofrecieron el cambio por su garrote. Cuenta Jaunarena que lo que más le cuesta a la hora de amoldarse a su nueva posición es “la distancia”. “Coger distancia a la pelota es más complicado. Con la izquierda me siento bastante bien, pero quizás los mayores problemas me vienen con la derecha. Me cuesta coger altura. Aun así, con la zurda estoy sintiéndome a gusto”, certifica el navarro, quien, por ahora, solamente ha ensayado en cuatro ocasiones en su nueva parcela de trabajo.
Así las cosas, tiene claro Jaunarena que su evolución en la zaga pasa por trabajar. “Tengo que adaptar la postura del golpe, que es nueva para mí. Me toca pulir detalles con Jokin Etxaniz y Jon Apezetxea en los ensayos”, asevera. Y es que, el guion de la nueva vida de Jon pasa por “meter muchas horas” en la cancha. “Me llevará mi tiempo acostumbrarme a la zaga, porque es muy complicado adaptarse de un día para otro. Necesito tiempo. De momento, tengo siete partidos de campeonato”, desbroza. Otro de los aspectos a valorar es la diferente situación de las manos, que pueden sufrir más en los cuadros largos. Contemplando un caso anterior como el de Mikel Urrutikoetxea, campeón del Parejas de 2015 como guardaespaldas junto a Aimar Olaizola, el zaratamoztarra no suspendió ni un solo encuentro por lesiones derivadas de sus herramientas de trabajo.
De este modo, Jon Jaunarena se encontrará en una encrucijada en el Parejas de Segunda. Actuará como pelotari experimentado en su combinación, que comparte con Darío -que debutó en junio de 2015-, pero sin embargo es un recién llegado. “Soy el veterano, pero también acabo de empezar. Tengo mucho que aprender y veremos si nos compenetramos bien en la cancha”, sostiene Jaunarena, quien recuerda su paso por el campeonato hace ya “cuatro años”. “Jugué de delantero y pude ganar junto a Cecilio. Ahora me enfrento a algo diferente, porque me inicio en mi nuevo puesto”, añade.
Jaunarena descorchará su nueva vida en los cuadros largos mañana junto a Erik Jaka contra Ugalde-Tolosa en Eibar. Buena prueba de blanco. El botón de reset. “Creo que estaré tan nervioso como en mi anterior debut, aunque no es lo mismo. Como nunca he jugado como zaguero, no sé cómo puedo rendir. Al fin y al cabo, los entrenamientos son muy distintos a los partidos de blanco. Lo cierto es que hasta el momento me he sentido bien, mejor de lo que me esperaba, y tengo muchas ganas de hacerlo bien”, finaliza el leitzarra.