sE esperaba una gran batalla en los cuadros alegres del Frontón Bizkaia. No por haberse repetido tantas veces el duelo entre Aimar Olaizola y Juan Martínez de Irujo deja de ser interesante. Los dos navarros son los primeros espadas de sus respectivas empresas y sus grandes envites mueven masas y llenan frontones. Andoni Aretxabaleta, vizcaino, ejercía de anfitrión. Entre ceja y ceja tenía el sueño de quitarle a Roberto García Ariño el honorífico título de ser el último pelotari vizcaino en ganar una txapela. Para ello tenía que ganar a todo un mito: Abel Barriola.
El nuevo templo de la pelota en Bizkaia congregó para la cita a los nombres más ilustres del mundo de la pelota. Por allí desfilaron el expelotari Jokin Errasti, Iñigo Salbidea, gerente de Asegarce; Jokin Etxaniz y Jon Jaunarena. Los hermanos Danel y Ander Elezkano se dejaron ver, pensando tal vez que algún día podían coleccionar txapelas como los Olaizola. Por supuesto, Asier, el mayor de la saga, también estaba en el graderío bilbaino. Josetxu Areitio, José Ángel Gorostiza, el juez Ángel Salaberria, Mikel Irigoyen y Borja Osés no dudaron en asomarse a la cancha para comprobar qué pelotari estaba más afinado en la gran final.
Los primeros tantos fueron igualados, con nervios, pero no tardaron los azules en explotar su táctica. El campeón, Aimar Olaizola era dinamita delante, así que optaron por acribillar a Aretxabaleta en el fondo del frontón. El vizcaino se defendió como pudo, pero poco a poco se fue derrumbando ante semejante bombardeo. Hombres como Patxi Eugi, Peio Martínez de Eulate o Miguel Gallastegi saben bien lo que es sufrir en la contracancha.
La de ayer fue la primera final como alcalde para Ibon Areso, quien recibió con una amplia sonrisa en el palco de autoridades a Sabin Anuzita, Jon Ortuzar, director del Euskalduna; Jon Redondo, el director de deportes del Gobierno vasco; el diputado general, José Luis Bilbao; la consejera de Educación, Cristina Uriarte; Izaskun Bilbao e Itxaso Atutxa, presidenta del BBB, a quien acompañaba en el día de la madre su amatxu, Lurdes.
Mikel Huizi, Jon Larrea, Maitane Leizaola, Juan María Aburto y Josune Ariztondo también vibraron con las zarpazos de Juan Martínez de Irujo.
Por si el nivel deportivo no estaba ya por las nubes con tanto pelotari y expelotari, en el frontón hubo una amplia representación del mundo del fútbol. En el aire flotaba la euforia, la alegría que inunda Bilbao desde que el Athletic se ha ganado el pasaporte para la Liga de Campeones. La más madrugadora fue la primera mujer que ha presidido el club de Ibaigane, Ana Urquijo, pero la mayoría de las miradas se las llevó el entrenador del Athletic, Ernesto Valverde. El técnico disfrutó del partido con menos nervios de los que acostumbra en el banquillo, pero con el rabillo del ojo vigilaba a dos de sus pupilos, que también disfrutaban en la grada con sus amigos. Eran Mikel San José y Beñat Etxebarria, quienes se dejaron las manos aplaudiendo en algunos de los tantos.
Todavía quedaban grandes leyendas rojiblancas en el recinto. No faltaron a la cita pelotazale una dupla de delanteros que vendría de perlas a cualquier equipo del mundo: Daniel Ruiz-Bazán y Cuco Ziganda. Y para que no se diga, también había representación de la plantilla femenina, la jugadora Eli Ibarra.
Con ellos no terminaba el gremio del fútbol. Otro exrojiblanco, ahora reconvertido como palista, Asier del Horno, recordaba sus tiempos de pelotari. Se cruzó en los pasillos con Mikel Aranburu. El excapitán de la Real Sociedad acudió al frontón acompañado por sus amigos Oier Sanjurjo y el guardameta Asier Riesgo.
No cabía un alfiler en el frontón Bizkaia. Más de 3.000 aficionados de todas las edades y generaciones vibraron con la victoria de Abel Barriola y Juan Martínez de Irujo. Prueba de ello era la presencia de la incombustible María Ángeles Arrizabalaga, que se acercó desde Gatika con sus hijos Iñaki y Ugutz Rotaetxe, capaz de analizar el último partido del Athletic mientras te vende un talo con chorizo, Víctor Uriel y Unai Arrizabalaga. Todos ellos vibraron con las bombas que sitiaron a Andoni Aretxabaleta.