Duración: 38:20 minutos de juego; 6:39 minutos de juego real.
Saques: 5 de Saralegi (tantos 1, 8, 11, 17 y 18).
Faltas de saque: 1 de Titín III.
Pelotazos: 148 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 2 de Titín III y 12 de Saralegi.
Errores: 4 de Titín III y 2 de Saralegi.
Marcador: 1-13, 1-14, 2-18, 2-19, 3-21 y 4-22.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Joaquín Plaza (con Titín III) y Asier Olaizola (con Ekaitz Saralegi).
Apuestas: De salida se cantaron posturas a la par con tendencia azul.
Incidencias: Partido correspondiente a los octavos de final del Cuatro y Medio de Primera de la Liga de Empresas disputado en el frontón Adarraga de Logroño. Algo más de media entrada.
bilbao. Pidió disculpas Titín III al término del encuentro porque apenas quedaba más a lo que agarrarse tras ser barrido por la marea en el Adarraga de Logroño. Ekaitz Saralegi, un huracán en ataque, había derramado toda su clase con el remate para abandonar a su suerte al pelotari riojano, en su última participación en el Cuatro y Medio, sin más opción que la de desesperarse y pelear por darle algo de maquillaje a un partido azul desde el inicio. Fue el epílogo más triste, el peor partido de Augusto de los últimos tiempos, mostrando una imagen demasiado pobre para un duelo de tamañas características. Una verdadera pena que la historia del manista de Tricio quedara varada de este modo por los machetazos de Saralegi, al que se le vio comodísimo y sin demasiadas exigencias en toda la contienda. Quizás mañana esté olvidado este último pasaje de la historia en la jaula de un pelotari de leyenda, pero lo de ayer fue doloroso. No por la eliminación, sino por cómo se desarrolló la trama, en la que el delantero de Tricio estuvo indolente en todo momento y superado en todas las facetas del juego. Apenas pudo defender ni esbozar potencia, tampoco colmillo, y mucho menos consistencia.
Desde el primer pelotazo, Saralegi disfrutó en ventaja. El primer saque, que acabó con Titín por los aires y aterrizando en la pared con el hombro, supuso una declaración de intenciones. El pelotari de Amezketa, un especialista dentro del Cuatro y Medio, dio velocidad al primer servicio y aprovechó cada regalo de Augusto. No necesitó mucho más. Estuvo acertado en el planteamiento Ekaitz, pero también valiente, bien plantado y superior en el peloteo y en el debate. Aunque, de hecho, no tuvo que exprimirse demasiado en estas lides, ya que con el 0-11 solamente habían dado entre los dos 57 pelotazos en poco menos de un cuarto de hora. Ni la legendaria defensa del delantero riojano fue un argumento con cierto peso para maniatar al amezketarra.
Llegó a estar 0-13 el especialista guipuzcoano y la sangría parecía imparable. La herida era imposible de restañar y las sensaciones eran de debacle monumental. Un dos paredes seguido de una dejada por la pared puso el primer cartón en el casillero colorado, mientras la ansiedad crecía y crecía. Pero no se agarrotó Ekaitz. Una apertura, saque del lado azul y otra tacadita de cuatro tantos que acabó al fallar un remate. 2-18. Y, como al perro flaco le son todo pulgas, Titín erró su saque. Y se acabó. Poco más. El delantero de La Rioja no dio más juego en su despedida. Una despedida triste y con sabor muy, pero que muy agrio. Saralegi fue más y venció con total merecimiento. Y el último año competitivo del revolucionario delantero de Aspe empieza con muchas más sombras que luces, esas que fueron foco para la pelota a mano en años pretéritos. Mañana será otro día.