Jon Rahm sigue apurado en Augusta

Jon Rahm se marchó a la casa club del Augusta National tras la segunda jornada sin saber si tendría que regresar para jugar el fin de semana. El golfista de Barrika siempre ha pasado el corte en sus ocho participaciones en el Masters, pero a la hora del cierre de esta edición no lo tenía garantizado porque aún quedaban más de tres horas de golf y muchos jugadores en el campo. Durante toda la jornada, Rahm se movió arriba y abajo de la línea de corte, que superaban los 50 mejores y empatados, por apenas un golpe en una vuelta en la que apenas pudo hacer un birdie y diecisiete pares para hacer uno bajo par y cerrar con dos golpes sobre par en el total.

El ganador de la chaqueta verde de 2023 volvió a tener muchos problemas desde el tee, que es la mejor parte de su juego, al menos hasta que realizó algunos ajustes que no terminan de funcionar como desea. Eso dejó algunos momentos de frustración ya que es sabido que si en Augusta no se consigue ir por la calle, los problemas aparecen por todas partes a la hora de llevar la bola a green. De esta forma, solo pudo arrancarle un birdie al campo, en el hoyo 7, en el que tuvo que embocar desde el bunker y no pudo restar ningún golpe en los cuatro pares 5, lo que suponen un lastre.

Apenas cogió un 57% de las calles y un 61% de los greenes en regulación. Tampoco el putt le ayudó a mejorar su tarjeta porque se dejó unas cuantas oportunidades. “No ha debido haber muchas vueltas así, no. Pero es que he tenido un montón de oportunidades y no he embocado ni una. Estoy orgulloso de cómo he luchado”, resumió Rahm, que anotó un putt difícil en el 18 para, salvo sorpresa, proteger el corte y llegar al fin de semana sin renunciar a nada, pese a todo. “A diez golpes en un major se puede remontar. Y estoy cerca de jugar como quiero hacerlo. Eso sí, si sigo en la tónica que estos dos días no gano ni pa Dios”, reconoció.

Olazabal, fuera

Quien no estará el fin de semana es Txema Olazabal, y eso que estuvo cerca de conseguirlo por segundo año seguido. El hondarribiatra iba bajo par en el día hasta que un doble bogey en el 15 tras mandar la bola al agua arruinó su esfuerzo. El mismo camino siguió Sergio García, que desde que ganó en 2017 solo ha pasado una vez el corte en el Masters.