Ya no habrá más duelos entre Novak Djokovic y Rafa Nadal. El 61 y último tuvo lugar en un sitio con tan poca tradición como Arabia Saudí, por más que haya querido subirse al carro del tenis poniendo sobre la mesa ingentes cantidades de dinero. La mayor rivalidad de la historia del tenis merecía haber acabado en otro lugar, quizás en uno en los que ambos libraron 29 finales de Grand Slam. El primer partido entre ambos tuvo lugar en cuartos de final de Roland Garros en 2006. Y, como dijo el serbio ayer en su discurso de alabanza a su gran rival, “parece mentira que casi veinte años después los dos sigamos en la pista”. Sin embargo, acaba definitivamente una era irrepetible porque parece imposible que vuelvan a coincidir en el tiempo los tres mejores de la historia de cualquier deporte.

Aquel día en la tierra batida de París Djokovic abandonó por lesión tras perder los dos primeros sets. Ahora el que se retira, pero para siempre, es Nadal, al que solo le queda la Copa Davis el mes que viene en Málaga antes de poner el cierre a su magna carrera. No se sabe si jugará los individuales o solo los dobles, pero en esta exhibición árabe ha quedado claro que el balear no está ya para grandes batallas, menos aún en la pista cubierta, la superficie que peor se le ha dado siempre.

El duelo por el tercer y cuarto puesto de la Six Kings Slam, que se llevó Jannik Sinner, siguió el mismo patrón que el del jueves ante Alcaraz. Nadal logró algunos buenos puntos, pero su estado de forma actual no le permite aguantar en cuanto el ritmo de los intercambios sube. Djokovic manejó el choque sin querer hacer sangre e, incluso, perdió su saque cuando servía para ganar. Pero en el tie break remató para ganar por 6-2 y 7-6. “Me has ayudado a superar mis límites todos estos años. Han sido más de 20 años de carrera en la que mis sueños se han cumplido de sobra”, dijo Nadal en su despedida, algo que es recíproco por parte del serbio y que incluye también a Federer. El adiós tuvo mucho boato y poca sustancia, pero nada de eso tapará los 60 duelos anteriores, todos con algo en juego, entre dos tenistas de leyenda.