Jon Rahm ya ha llegado a la semana más emotiva de su carrera, y no porque sea su trigésima presencia en un major. Desde ayer lunes, es el campeón defensor del Masters y como tal atravesará cada día hasta el domingo Magnolia Lane, la calle que conduce hacia la casa club del Augusta National. El golfista de Barrika ha aprovechado su más descargado calendario para visitar ya el emblemático campo para jugarlo con tranquilidad y ver de cerca las pequeñas modificaciones que han introducido para este año en un recorrido que los jugadores creen conocer, pero siempre esconde alguna sorpresa.

Como ganador de la última chaqueta verde, que no poseedor porque la prenda debe ser devuelta, Rahm será el centro de atención toda la semana y esos compromisos pueden distraerle del objetivo competitivo, que no es otro que tratar de convertirse en el cuarto jugador de la historia que repite victoria en Augusta tras Jack Nicklaus, Nick Faldo y Tiger Woods, tres leyendas a las que el barrikoztarra quiere aproximarse con sus logros. Su primera obligación llegará hoy ya que ejercerá de anfitrión de la cena de campeones y su presencia será muy reclamada por los medios de comunicación, al margen de la rueda de prensa oficial.

Mañana miércoles llegarán las últimas rondas de práctica de un torneo “que siempre que lo juegas te produce el mismo cosquilleo”. Entonces, la competición ya estará casi encima y el desafío de repetir obligará a mostrar la mejor versión de su juego. Precisamente, su triunfo en el Masters fue un motivo de peso para decidir dar el salto al LIV Golf y esta semana será la primera del año en la que Rahm competirá contra muchos de los mejores jugadores del mundo, como Scottie Scheffler o Rory McIlroy, los dos que aún le preceden en el clasificación mundial. Como el circuito saudí no otorga puntos para ese ranking, el jugador vizcaino es consciente de que tiene que hacerlo bien en los majors para no perder posiciones hasta que no se produzca el deseado acuerdo entre todas las partes en conflicto.

Será este Masters también el primero de los cuatro torneos que ganó el año pasado que podrá defender ya que no pudo jugar el Sentry, el American Express y el Genesis. Y será también la primera semana en que juegue cuatro rondas, 72 hoyos, si es que pasa el corte del viernes. Es imposible predecir cómo puede influir esto en el rendimiento de Jon Rahm, aunque hace un año varios jugadores del LIV Golf acabaron entre los diez primeros, sin que esa vuelta de menos les pesara en su rendimiento. El barrikoztarra llega a Augusta después de haber acabado entre los ocho primeros en las cinco paradas del LIV Golf, algo que no ha hecho nadie y que le ha situado en segunda posición del circuito, por detrás de Joaquín Niemann, que se ha llevado dos torneos.

En la última, en Miami, Rahm llegó a ser líder el primer día, pero le volvió a faltar algo para pelear la victoria, no perder algún golpe concedido en situaciones ventajosas o generar algún golpe de genialidad para colocarse más cerca de la cabeza en la última vuelta. Él fue cuarto empatado tras Dean Burmester, Sergio García y Matthew Wolff y su equipo, el Legión XIII, logró su segundo triunfo gracias a un birdie de su capitán en el último hoyo, pero pese a la importancia que se le quiere conceder en el formato de los árabes, lo que realmente quiere Jon Rahm es convertir las buenas sensaciones que transmite en general su juego en efectividad máxima, emular al Athletic y romper su sequía ganadora individual que ya se prolonga desde hace un año. “Fue una gran semana. Espero poder mantener lo bueno que he hecho esta semana, evitar algunos errores tontos y así podré darme opciones de repetir en Augusta”, comentó Rahm.

Esta semana serán solo trece los jugadores del LIV Golf que compitan en el Masters, aunque entre ellos hay varios ganadores de la chaqueta verde: además de Rahm, Phil Mickelson, Dustin Johnson, Patrick Reed, Sergio García, Bubba Watson y Charl Schwartzel. Nuevamente, todos ellos están ante una oportunidad de reivindicarse, de compartir escenario y focos en igualdad de condiciones con todos los demás. No se sabe si el año que viene será igual porque muchos golfistas ya se han dado cuenta de que su deporte se ha instalado en aquello de “divide y perderás”. Esta semana todos los aficionados mirarán al mismo sitio, a ese Augusta National que Jon Rahm llega como campeón y portador de esa chaqueta verde que ha sacado del armario en contadas ocasiones en estos doce meses.

El primer compromiso

Anfitrión de la cena de campeones

Rodeado de leyendas. Jon Rahm será esta noche, como marca la tradición, el anfitrión de la cena de campeones. El último ganador de la chaqueta verde se encarga de diseñar el menú y el golfista de Barrika ha preparado, con el asesoramiento de José Andrés, una cita opípara, con marcado sello vasco en variedad, cantidad y calidad, como prometió, y que dejará satisfechos incluso a los comensales con menos gusto por la buena mesa. Rahm tendrá, ademas, que lanzar un pequeño discurso ante tan ilustre compañía, pero eso se le da muy bien y pasará el trago con fluidez. Improvisará y mostrará su respeto a la historia del golf y a lo que supone formar parte de la lista de ganadores del Masters de Augusta.