La carrera más antigua de asfalto, que data de 1930 y tras desaparecer inició su etapa moderna en 1995, y que cuenta con el patrocinio de DEIA, regresa este domingo con salida (10.30 horas) en Getxo, junto al Puente Bizkaia, y un recorrido de 11,9 kilómetros con llegada en el Paseo Uribitarte de Bilbao. Una cita en la que se espera una participación que supere ampliamente la barrera de los mil participantes.

Después de 27 ediciones a cargo de la organización, José Antonio Galiana afirma que está todo preparado para disfrutar de una gran fiesta del atletismo y que la participación “va a ser muy importante porque hemos pasado ampliamente de las mil inscripciones, concretamente llevamos 1.500, y estos últimos días se apuntará más gente porque, en general, somos muy de última hora”.

En este sentido, Galiana confía en que el tiempo acompañe “para que la gente pueda disfrutar, porque es una carrera muy vistosa y con un gran ambiente”. Para vivirla a tope, recomienda acudir “con tiempo para poder calentar, coger el dorsal sin prisas, etc. Es un día para disfrutar”, agrega.

Se trata de una de las primeras pruebas del año, una cita que llega después de las navidades y los excesos por el carrusel de eventos sociales y familiares. Sin embargo, es una fecha que ha llegado para quedarse. “En Navidad se celebran muchas san silvestres y el calendario estaba saturado. Ahora la gente está con muchas ganas de correr. Después de la pandemia a la gente le costó volver por el tiempo de inactividad, pero ahora están con ilusión”, valora.

Respecto a la presente edición, el itinerario será el mismo que en citas anteriores. La salida será desde Eduardo Coste, en Las Arenas, y los corredores pondrán rumbo a Leioa y Erandio por la carretera de la ría hasta entrar en Bilbao por Elorrieta –avituallamiento–, puente Euskalduna y llegada a meta en el Paseo Uribitarte frente al ayuntamiento. En concreto, se espera que el primer atleta cruce la meta sobre las 11.08 horas. Una vez allí, los corredores dispondrán de autobuses vestuario, regalos, avituallamiento, traslado de mochilas, etc. “Duchas no habrá para seguir manteniendo el protocolo del año pasado”, apostilla. Sin duda, a nivel organizativo una prueba de este calibre supone “un auténtico desafío”.

Y es que implica a muchas personas para “controlar los cruces, accesos a garajes, obras, etc., y eso supone un gran desembolso económico porque todo el personal cobra dietas ya no se hace con voluntarios. Además, hay que pagar el alquiler de conos señalizadores, megafonía, personal, regalos, ambulancia, médico, policía autonómica, tasa del Gobierno vasco, Cruz Roja, alquiler de furgonetas, camisetas, cronometraje, chip y dorsal para la empresa encargada de la medición de los tiempos, seguro de responsabilidad civil, baños químicos, etc. Y todo eso hoy en día es más difícil por la falta de patrocinadores”, desvela Galiana.

Atletas ilustres

En concreto, la organización de esta prueba supone un desembolso inicial de cerca de “14.000 euros de presupuesto base” a lo que hay que añadirle “otros 6.000 euros de gastos variables”, desvela. Por eso requiere una inscripción que permite a los participantes disponer de un buen número de garantías “en un circuito con una serie de condiciones, con una seguridad y prestaciones, regalos y avituallamiento”, expone.

Una cita ineludible en el calendario deportivo vizcaino que contará, al igual que otros años, con atletas ilustres. “En las últimas ediciones hemos llegado a tener corredores de siete países diferentes pero, sobre todo, esta carrera es un escaparate para los deportistas locales y siempre hemos defendido el espíritu popular de la prueba por encima de cualquier cosa”, concluye.