Jon Rahm tiene un nuevo motivo para tratar de buscar el triunfo en el FedEx St. Jude Championship de Memphis, donde se abre la serie de tres play-offs del PGA Tour. El pasado viernes nació Eneko, el segundo hijo del golfista barrikoztarra y Kelley, y el feliz acontecimiento puede actuar de motivación añadida para poner un buen broche a la temporada americana. Rahm parte desde el decimosexto puesto en la clasificación de la FedEx Cup y su objetivo es mejorar posiciones para tener opciones de pelear por la victoria final dentro de tres semanas en East Lake, algo de lo que el año pasado solo le separó un golpe ante Patrick Cantlay.

El TPC Southwind ha sido una de las sedes de los Campeonatos del Mundo, pero ahora acoge el inicio de la batalla por el jugoso premio final en la última ocasión en que este primer play-off lo disputan los 125 primeros clasificados. La encarnizada disputa con el LIV Golf ha llevado al PGA Tour a elevar sus bolsas económicas en muchos torneos, a la vez que los ha vuelto más exigentes, como debe ser, y así a partir del próximo año a este torneo solo accederán los 70 mejores. Tras tres semanas de desconexión del golf centrado en la paternidad, Rahm llega con su victoria en el México Open como mejor resultado de un curso en el que ofreció sus mejores prestaciones en los primeros meses del año y en el que los majors no ha logrado la cosecha de puntos habitual.

No todos los años se puede estar brillante, pero el barrikoztarra, que ha salido del Top 5 mundial por primera vez en tres años aunque volverá la semana que viene, está en un territorio que le gusta ya que tiene el mejor promedio de golpes en la historia de los play-offs con poco más de 68 por vuelta con al menos veinte disputadas. Además, en la primera cita de la serie y en sus distintos escenarios acumula cuatro Top 10 en cinco presencias, lo que incluye tres terceros puestos en 2017, 2019 y 2021.

Tony Finau, jugador en racha con dos victorias seguidas, defiende el título logrado el año pasado en Nueva York. Pese a algunas ausencias de peso en Memphis, sobre todo de los jugadores castigados por abrazar el golf saudí, el PGA Tour siempre es exigente porque el relevo es constante, como muestra que el último ganador en torneo regular fue la semana pasada el coreano de 20 años Joohyung Kim, el segundo más joven en lograrlo en un siglo.

En Memphis se vive otro capítulo del duelo con el LIV Golf ya que una jueza de California no ha aceptado la demanda de tres jugadores que querían jugar este torneo y ha dado en parte la razón a las tesis del PGA Tour. Pero los saudíes siguen lanzando la caña y tras captar a Henrik Stenson, el ya depuesto capitán europeo de la Ryder Cup, su próxima pieza parece que va a ser Cameron Smith, como se apuntaba desde que ganó The Open Championship. El australiano sigue sin soltar prenda, pero una oferta de 100 millones de dólares puede llevarle al nuevo circuito mientras cada parte sigue firme en sus posiciones y el acuerdo que muchos desean no se ve cercano.