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Un gigante en ‘La Paloma’

El aterrizaje de un Jumbo, uno de los aviones más grandes del mundo, con más de quinientos aficionados del Racing 92 marcó el punto álgido de una jornada frenética en el aeropuerto de Bilbao, resuelta sin problemas

Un gigante en ‘La Paloma’Juan Lazkano

LA jornada de ayer fue frenética en el aeropuerto de Bilbao. Se alargó desde primera hora de la mañana hasta la medianoche. Miles de aficionados irlandeses y franceses aterrizaron en La Paloma para alentar a sus equipos en la final de la Champions Cup. El partido arrancó a las 17.45 horas, por lo que no había opción para muchos retrasos. Por suerte para los que tenían una entrada para el choque en La Catedral, los horarios se cumplieron en su mayoría. A diferencia de los que han optado por pasar todo el fin de semana en la capital europea del rugby, rascándose el bolsillo considerablemente con el alto precio de los alojamientos, muchos prefirieron hacer un viaje express para ver el choque, por lo que la cantidad de vuelos charter aumentó de forma considerable. Entre los catorce aviones procedentes de Dublín y París que aterrizaron, hubo uno que acaparó todos los focos. El Boeing 747-400 hizo que todo aquello que pasara a su alrededor pareciera pequeño. La escena podría asemejarse a la perfección a un encuentro entre el mismísimo cóndor de los Andes y un buitre común. El Jumbo, con sus dos pisos y todo su esplendor, trajo a bordo a más de medio millar de pasajeros. El aparato, de la compañía Corsair, filial francesa de Tui, salió del aeropuerto de Orly en París. Fue un espectáculo verle aterrizar por cuarta vez en Bilbao. El que fuera el avión de pasajeros más grande del mundo durante más de tres décadas hasta que la compañía Airbus creó el A380, parecía un gigante. Sus 70 metros de largo y 64 de envergadura (más ancho de ala a ala que el carril para aterrizar) impresionaban. Pero todo fue a la perfección y los pasajeros, entre ellos los invitados del club galo, fueron recogidos fuera de la terminal de llegadas por una flota de catorce autobuses que les trasladó hasta el botxo -una cuarta parte de todos los autocares que funcionaron por la mañana-. Hoy, a las 14.00 horas, regresarán a la capital francesa. Con el sabor amargo, eso sí, de la derrota del Racing 92, que perdió en los últimos instantes ante el Leinster y al que se le resiste el título de la Champions Cup.

El Jumbono fue el único coloso que pasó por La Paloma. Casi a la misma hora, un Airbus 332 de Aer Lingus con capacidad para 270 personas procedente de Dublín tomo tierra. En sus entrañas, los hinchas irlandeses, que pudieron celebrar a lo grande el viaje. La victoria en San Mamés seguro que les mereció la inversión. La mayoría de los vuelos adicionales programados desde el pasado jueves llegaron de la capital irlandesa, una ruta que ya opera de manera regular Aer Lingus desde 2004 en Bilbao. La compañía irlandesa ofrece habitualmente un vuelo diario en cada sentido, pero hasta hoy ha previsto veinte llegadas y salidas. Otras compañías salieron desde Dublín, hasta completar un total de 38 operaciones. Un tránsito de pasajeros que obligó al personal del aeropuerto a activar todas las medidas de seguridad y a intensificar la coordinación para que tanto la entrada como la salida de los pasajeros sea lo más cómoda y rápida posible.

Permiso especial Casi sin tiempo para festejar la Champions -seguro que la fiesta la continuarán en Dublín- muchos aficionados del Leinster pusieron rumbo anoche a su tierra. Estaban programadas nueve salidas, entre las 21.25 y las 23.25 horas. Rumbo a Francia solo partió uno. Como medida excepcional, el aeropuerto tenía la autorización para ampliar su horario hasta la una de la madrugada, en caso de ser necesario si se produjeran retrasos. La Paloma lleva desde marzo sin posibilidad de ampliar su horario más allá de las 23.30 horas, lo que se conoce como PPR, debido a las obras de asfaltado de pista que se llevan a cabo durante la noche. Una vez terminen estos trabajos, el próximo mes de junio, el aeropuerto de Bilbao recuperará esa posibilidad de ampliación de horario para atender vuelos retrasados.