Jon Rahm afronta desde hoy el PGA Championship, el grande que peor se le ha dado y que se resiste al golf estatal. En su décimo año tomando parte en los majors, “lo que me dice que el tiempo pasa muy rápido”, y después de su decimocuarto puesto en el Masters, el golfista de Barrika llega a la segunda gran cita del año con una fiabilidad insuperable en el LIV Golf, donde no se baja del Top 10, pero con la sensación de que las cosas podían ir todavía mejor. “Me siento muy bien. He jugado bien todo el año, quizás no tan bien como me gustaría. Siento que hay algunos errores evitables, pero si sigues sumando Top 10 sin jugar a tu mejor nivel creo que también es algo bastante bueno”, comentó Rahm en Quail Hollow, un campo en el que ha jugado dos veces sin demasiado éxito.

El recorrido de Charlotte, en North Carolina, es uno de los más apreciados por los jugadores, sobre todo por los pegadores que encuentran en sus amplias calles un terreno para disfrutar y buscar marcadores bajos. Eso sí, a los lados espera un rough más exigente de lo que podría parecer y que puede meter en problemas a quienes no vayan recto. Quail Hollow es un campo largo y las lluvias caídas últimamente lo pueden endurecer todavía más. Por eso, Rahm prefirió tirar de pragmatismo y no hacer demasiadas previsiones sobre qué aspectos del juego pueden pesar más a lo largo de esta semana ya que las condiciones pueden ir cambiando. “Siempre sientes que para ganar un grande tienes que jugar perfecto, pero eso no es cierto. Al final, gran parte de la clave del éxito consiste en seguir jugando un golf sólido y bueno y aprovechar las buenas rachas que tengas a lo largo de la semana. Pero, bajo ningún concepto, tienes que jugar perfecto”, reflexionó.

El barrikoztarra solo tiene dos Top 10 en ocho participaciones en el PGA Championship, el major más volátil e imprevisible, y el año pasado no consiguió pasar el corte. Hoy saldrá a partir de las 14.00 horas junto a Patrick Cantlay y Matt Fitzpatrick y con dos grandes en su palmarés, de éxitos. Conseguir ganar esta semana le colocaría a uno de completar el Grand Slam, ese logro que Rory McIlroy alcanzó en Augusta tras once años de espera y al que Rahm da mucha importancia porque sabe lo que supuso para el jugador de Hollywood. Precisamente, el golfista norirlandés vuelve a ser uno de los favoritos porque ya ha ganado en el campo ubicado en North Carolina cuando este ha acogido el Wells Fargo Championship. También persigue el Grand Slam Jordan Spieth, que ganó su último major hace ya ocho años.

OTROS FAVORITOS

El californiano Xander Schauffele defiende el título conquistado la temporada pasada en Valhalla y también debe incluirse en una lista de favoritos con varios nombres destacados más. Brooks Koepka, pese a su discreta campaña en el LIV Golf, ha ganado tres veces el PGA Championship y tiene que contar en las quinielas. Justin Thomas fue el campeón en la única edición que el torneo se celebró en Quail Hollow. Rory McIlroy , por su parte, está jugando su mejor golf en muchos años. Y dos tipos llegan a tope a este certamen: Bryson DeChambeau se impuso en la última cita del LIV en Corea del Sur y Scottie Scheffler rompió su sequía en el PGA Tour hace dos semanas. Rahm sigue pensando que puede con ellos, “quizás porque los que somos de Bilbao tenemos esta especie de arrogancia”.