EL pasado 30 de marzo el triatlón vasco despertó con una mala e inesperada noticia. El Bilbao Triathlon, su prueba referencia en los últimos años, quedó suspendida. La baja participación, provocada por los problemas con la calidad del agua de la ría registrados el año pasado y la tardía apertura del periodo de inscripción, fueron el detonante definitivo para cancelar una cita que había ganado enteros en el calendario estatal. Fue un jarro de agua fría. Otro más para un deporte que está atravesando uno de sus años más negros en Euskadi. A pesar de estar en continuo crecimiento y ser cada día más los duatletas y triatletas que salen a las calles, diferentes motivos han hecho que un buen número de pruebas del calendario vasco queden suspendidas. Meses de preparación cambiados por noticias de última hora. Incertidumbre para unos atletas que no saben qué ocurrirá en el futuro con su deporte.

La suspensión del Bilbao Triathlon fue una sorpresa para muchos triatletas. Algo inesperado y que echó por la borda el trabajo de muchos meses a muy poco tiempo para darse el pistoletazo de salida. “Lo estaba preparando con mimo. Ha llegado la noticia y ha sido un palo muy gordo. Al principio andaban con dudas, pero pasaban los meses y no había nada, así que pensábamos que se iba a hacer sin problemas. Hasta que un día nos llegó un whatsapp y un correo electrónico diciendo que se suspendía”, declara Mikel Elgezabal, ganador de las dos primeras ediciones y uno de los fijos de la prueba. Esta suspensión no solo hace daño a los triatletas que iban a participar en esta edición. El deporte vasco sufre al perder uno de sus grandes referentes. “Era una prueba consolidada dentro del triatlón nacional y ha sido un palo muy gordo que desaparezca una cita tan especial y con tanto prestigio como el triatlón vasco”, añade el triatleta gernikarra.

Los participantes afectados por leptospirosis la pasada edición y todo lo vivido en torno a la ría de Bilbao condicionaron significativamente las inscripciones, como apuntaron en su día los organizadores de la empresa Innevento. Dar la salida en las aguas bilbainas era una de las características de la prueba, pero Elgezabal cree que el Bilbao Triathlon se puede retomar de la mejor manera si se le da una vuelta de tuerca a este punto: “Bilbao se puede seguir haciendo, lo que pasa es que no quieren sacar la natación de la ría. Hasta que no tengan todo bien, podrían sacar la natación fuera y acabar en Bilbao. Muchas citas importantes se hacen así y salen adelante”. Otro de los problemas sufridos, fueron las incidencias con tráfico. “No organizar bien este aspecto repercute en un informe negativo de la Er-tzaintza. Hicimos una reunión y salieron las pruebas que no cumplieron las medidas de seguridad y entre ellas estaban Bilbao Triathlon, el duatlón de Oñati y el triatlón de Deba”, cuenta Agustín Méndez, presidente de la Federación Vasca de Triatlón. Esta situación hizo que la prueba bilbaina tuviera que arreglar diversos puntos y eso llevó a retrasar el periodo de inscripción.

un año complicado La suspensión del Bilbao Triathlon ha sido la noticia más mediática dentro de unos meses complicados para el duatlón y el triatlón vasco. Varias pruebas se han suspendido, algunas de ellas con gran tradición. “No hay un denominador común. Por ejemplo, Bermeo se suspendió por cansancio de los organizadores a la hora de llevar a cabo todo. Gernika y Gorliz fue por un enfrentamiento personal entre los organizadores y el delegado técnico de la federación. Dijeron que si iba esa persona suspendían la prueba y eso no lo podemos aceptar. Luego, Aizarnazabal y Santurtzi ni salieron en el calendario porque no salía rentable”, explica Méndez. Los principales afectados de esta situación son los participantes, que han visto cómo todo su calendario cambiaba. “Ha sido un mal año y que ha fastidiado a mucha gente. Deja en un mal puesto a Euskadi, porque comparando con otras comunidades aquí ha habido muy poco y eso influye al nivel de las prueba, viene menos gente de calidad a los duatlones y triatlones”, opina Natalia Gómez, duatleta del Sestao Triatloi Taldea. Esta situación llega en el que debería ser el mejor momento para este deporte en Euskadi, ya que el número de licencias está más alto que nunca, superando ampliamente las dos mil fichas.

Las licencias suben y muchos jóvenes comienzan a probar el triatlón. Sin embargo, lo vivido este año puede ser un detonante de cara a temporadas futuras. “La gente que está comenzando, participando en pruebas pequeñas, no va a tener opción de seguir corriendo o tendrán que hacer las pruebas fuera del País Vasco. Al final, esto es malo para la gente que empieza”, expresa Elgezabal. Muchos atletas necesitan que el calendario sea amplio de cara a preparar sus grandes objetivos, pequeñas pruebas que ayuden a testarse antes del principal reto. “Planificamos la temporada y luego al cancelarse pruebas estamos obligados a cambiar todo. Es necesario competir para probarte y cuadrar los entrenamientos dependiendo de los resultados obtenidos”, declara Gómez.

tráfico y agentes El tráfico es uno de los principales problemas con lo que los organizadores chocan a la hora de llevar a cabo su prueba. “En un real decreto publicado obligan a que todas las pruebas estén cerradas al tráfico y eso nos hace daño. Antes poníamos nosotros una patrulla y ahora tenemos que depender de la Ertzaintza, que no tiene los recursos necesarios para cubrir todas las pruebas que hay en un fin de semana de las federaciones de automovilismo, motociclismo, ciclismo y triatlón. Hemos conversado entre nosotros y gracias a las negociaciones hemos conseguido que las carreras sean en una carretera cerrada con ida y vuelta”, explica Méndez.

Una de las intenciones de la federación no es aumentar la cantidad de pruebas sino su calidad. “El año que viene se quedarán las pruebas que son rentables. Creo que volveremos a como estábamos hace tres o cuatro años. No tendremos tantas pruebas, pero estoy convencido que recuperamos a Gernika, Gorliz y Bermeo. Haremos lo que sea necesario para que se hagan estas pruebas históricas”, afirma Méndez. Esta es una petición no solo de la federación, sino que muchos atletas también apuestan por la calidad. “Tienen que ser exigentes con las pruebas porque luego se critica a otras comunidades porque la organización es mala. Se dice que se exige demasiado a los organizadores, pero si no queremos que hablen mal de nosotros, es mejor que haya buena organización”, expresa Gómez.

A pesar de todo, la alta cantidad de fichas y la actitud de la gente hace que el optimismo vuelva a la modalidad. Este año solo es un pequeño atrás, un toque de atención para tratar de revertir la situación. “No creo que sea el fin del triatlón en Euskadi. Este año no se va a solucionar nada ya, pero para el siguiente se pueden llegar a acuerdos”, afirma Gómez. Opinión similar tiene Elgezabal: “No veo que sea definitivo que se hayan suspendido este año para que en el futuro vuelva a haber las mismas pruebas”.