bilbao - Rafa Nadal empezará el año de una manera que no le habría gustado. Tras renunciar a la cita de exhibición de Abu Dabi que comenzó ayer, el número 1 del mundo tampoco acudirá al torneo de Brisbane donde tenía que afinar su preparación para el Abierto de Australia, su primer gran objetivo del curso. “Mi intención era jugar, pero todavía no estoy listo después de la larga temporada del año pasado y el comienzo tardío de mi preparación”, explicó a través de las redes sociales Nadal, que no quiere saltar a la pista hasta sentir que sus rodillas, la parte débil de su anatomía, le responden perfectamente.
Metódico en todo lo que hace, el balear ha anunciado que estará ya en Melbourne, sede del primer Grand Slam del año, el próximo jueves, donde gastará sus energías en acumular los entrenamientos que le falta, aunque eso le llevará a llegar al Abierto de Australia sin partidos de competición. En Brisbane fue cuartofinalista el año pasado, donde cayó ante Milos Raonic, y por ello solo defendía 45 puntos que no suponen nada. Rafa Nadal ya ha anticipado su intención de descargar su calendario todo lo que pueda y las citas australes, donde el calor pega duro y el cemento se agarra, suponen un reto si la puesta a punto no es correcta.
Pocos jugadores acumulan esfuerzos a estas alturas y el mismo Roger Federer estará desde el domingo en la Copa Hopman, sin puntos en juego, como única escala previa a la gran cita de Melbourne. “Me digo a mí mismo que no creo que sea normal y realista aspirar este año a las mismas cosas que en 2017”, ha comentado el suizo - R. Calvo