EL bádminton lucha día a día por hacerse notar dentro de los deportes practicados en Euskadi. El trabajo es duro, pero su repercusión es escasa. El Iberdrola World Junior Championship pretende ser un impulso para la modalidad y mostrar la otra cara del juego del volante, desmintiendo todos los mitos de práctica lenta y tranquila para mostrar partidos llenos de velocidad y con grandes atletas en acción. Se espera que la mayor afluencia de público llegue el fin de semana y por ahora los espectadores han sido escasos. Es la realidad del bádminton, una disciplina con menos de diez mil licencias en el Estado, pero que crece con pasos sólidos. En el lado opuesto se encuentra el sudeste asiático. Allí el bádminton es un deporte de masas, rivalizando con el fútbol, y los jugadores son consideradas grandes estrellas internacionales.
Indonesia es la principal potencia en este deporte. Sus licencias superan las doscientas mil y son una de las selecciones favoritas para hacerse con el Campeonato del Mundo por equipos. El país asiático tiene los ojos puestos en Bilbao durante estos días y sus medios de comunicación siguen con interés todo lo que ocurre en la pista del pabellón vizcaino. “Este es un evento importante para nosotros. En dos o tres años, estos atletas estarán en la cima y creemos que también son importantes. Además, esta competición por equipos es muy importante ya que nunca hemos conseguido esta copa y creemos que tenemos una buena oportunidad para ello”, explica Ira Ratnati, periodista llegada desde Indonesia. Allí, el deporte está lejos de ser uno más. Los indonesios lo viven con muchísima pasión y solo el fútbol supera la repercusión que tiene el bádminton. “El primer deporte sigue siendo el fútbol, pero el siguiente es el bádminton. Tenemos muchísima tradición y nuestras primeras medallas olímpicas llegaron gracias al bádminton”, comenta la periodista indonesia.
Ratnati está descubriendo un campeonato muy diferente a los que está acostumbrada a presenciar. En el sudeste asiático, el bádminton es un deporte de masas y los grandes torneos llenan estadios hasta la bandera. En Bilbao la historia por ahora es otra. “Es muy diferente a los Campeonatos del Mundo organizados en Asia. Aquí hay menos ruido y viene menos gente. Aunque a nivel organizativo, para ser la primera vez, está muy bien”, declara la periodista, que reconoce sentirse muy cómoda con el ritmo de la capital vizcaina: “Es sorprendentemente tranquila y a partir de las nueve hay muy poca gente en la calle. Para mí, al ser de un país tropical, se me hace duro el frío pero hasta ahora el tiempo está siendo muy bueno”.
El sudeste asiático es el epicentro del bádminton mundial, pero poco a poco el deporte va creando adeptos por todo el mundo. Francia ha dado un paso adelante en los últimos años y cada vez es mayor la atención con la que sigue esta modalidad. “El bádminton siempre ha tenido gran repercusión en el norte de Europa y la atención está bajando hacia el sur. En Francia se siguen los grandes torneos en televisión y este, al ser junior, solo se puede ver por streaming, pero está teniendo muy buena acogida ya que se pueden ver a las estrellas del mañana en acción”, cuenta el francés Jean-Luc Aznavorian, representante en España de Yonex, marca deportiva encargada de patrocinar a los mejores jugadores de bádminton del mundo.
Apuesta por la base Una de las claves de la progresión del bádminton en Francia ha sido la apuesta por fomentar las categorías inferiores. La Federación Francesa de Bádminton llegó a un acuerdo para que en los colegios se enseñara durante un trimestre este deporte. “Se ha creado un puente entre los colegios y los clubes. Si de ahí un uno por ciento quiere seguir jugando, la demanda será enorme”, afirma Aznavorian, que cree que esta es la estrategia a seguir para impulsar el juego del volante: “Hay que fomentar el deporte en los colegios. Los resultados son necesarios, pero España ya los tiene gracias a Carolina Marín y ahora debe aumentar la cantidad de practicantes”.
Con respecto a los resultados, una de las apuestas de futuro es Clara Azurmendi. En Indonesia ayer conocieron a la donostiarra cuando derrotó a su primera espada, Gregoria Mariska. “Mucha gente de Indonesia estaba preguntando quién era Clara Azurmendi. Tiene mucha habilidad y, quién sabe, tiene el potencial para ser la próxima Carolina Marín”, explica Ratnati. Proyección que significaría otro impulso para el bádminton europeo y así “tendríamos más competidores y no solo habría asiáticos en los grandes torneos”.