bilbao - Casi once meses han pasado desde que Garbiñe Muguruza jugó su primera final de Grand Slam en Wimbledon. Hoy (15.00 horas, Discovery Max) jugará en la pista Philippe Chatrier de Roland Garros la segunda ante la misma rival que entonces, Serena Williams, la número 1 del mundo que quiere, al fin, alcanzar los 22 títulos de Steffi Graf después de dos intentos fallidos. La tenista de Caracas ha transitado estos meses por un camino lleno de altibajos y de irregularidad, pero en un torneo disputado en duras condiciones de humedad y frío, más propias del otoño que de la primavera, ha vuelto a demostrar que le motivan los grandes retos y los grandes escenarios.
En la semifinal ante Samantha Stosur, Muguruza fue un ciclón que no dio ninguna opción a la australiana a lo largo de una hora y 16 minutos, atropellada por la dureza de los tiros de la vasco-venezolana que apenas resbalaban en la arcilla e impedían a la de Brisbane armar su derecha liftada. Pese a algunos problemas para meter su primer servicio, Muguruza arrancó el duelo con un 4-0 a su favor que se le hizo una montaña a su veterana rival. Al resto, la pupila de Sam Sumyk presionaba como una posesa en busca de puntos que elevaran su confianza.
En poco más de media hora, Garbiñe Muguruza se anotó el primer set por 6-2 con un altísimo nivel de tenis, el mejor desde que comenzó el año. Se podía esperar una reacción de Stosur, finalista en Roland Garros en 2010, pero el partido siguió por la misma tónica. La vasco-venezolana logró otra ruptura en el juego inicial y se adelantó 2-0. Viéndose perdida, la australiana apretó, logró alargar los peloteos e igualó a dos, pero con sendas dobles faltas entregó dos juegos que dispararon a Muguruza hasta el 5-2. Era el momento de la verdad y, por primera vez, dudó, sintió la presión y se le encogió el brazo. Cedió su saque en blanco y Stosur sacaba entonces para apretar el segundo set. La caraqueña no se dejó intimidar por la mayor experiencia de su rival, volvió a ajustar sus tiros y rompió por quinta ocasión el servicio de la australiana para anotarse un 6-4 que le puso en la gran final de hoy con una cuenta de 20 golpes ganadores y tantos puntos logrados al resto (31) como con su servicio.
de nuevo serena williams Como en Wimbledon, le espera Serena Williams, que no es la tenista espléndida y dominadora de entonces. La estadounidense defiende el título en Roland Garros tras haber ganado antes en Roma, pero lo ha pasado muy mal para alcanzar a sus casi 35 años su vigésimo séptima final de Grand Slam, cuarta en París donde lleva un 100% de aciertos. Ayer Serena volvió a sufrir para imponerse (7-5 y 6-4) ante la revelación holandesa Kiki Bertens ya que tuvo que remontar en los dos sets y solo su veteranía le permitió salvar los momentos de apuro.
Después de jugar tres partidos en días consecutivos, Williams está acusando algunos problemas físicos que están limitando su movilidad. Con el aprendizaje de la final de Wimbledon, Garbiñe Muguruza sabe cuáles son los puntos débiles de la tenista de Michigan. La vasco-venezolana, que ayer aceleró su recuperación con un baño de hielo, solo ha cedido un set en el torneo, el primero que disputó ante Anna-Karolina Schmiedlova en el partido que abrió Roland Garros. Desde entonces ha ido elevando su nivel de juego y si hay un momento en el que puede superar a la que considerada una referencia es ahora. Es la misma oportunidad que tuvo Angelique Kerber en Australia y que la alemana aprovechó para anotarse su primer grande. Garbiñe Muguruza persigue ese sueño que le colocaría en el número 2 del ranking mundial. El 1 sigue siendo de Serena Williams, que no ceja en su empeño de convertirse en la mejor de la historia.