bilbao - El squash es uno de los grandes desconocidos para los amantes del deporte en Euskadi. Esta modalidad, atractiva y barata, cuenta con su propia federación y su número de licencias crece a un ritmo del 5% anual. Alberto Ferreiro es su director deportivo y reconoce que, poco a poco, ven como sus 120 licencias van multiplicándose: “Está sufriendo un incremento muy pequeño pero paulatino en los últimos cinco años. Se nota que la crisis afecta. Hay jugadores que son los que se pagan su licencia y que están pasando una posición delicada en lo económico y eso influye. Hay una cierta mejoría en cuanto a licencias, pero en los últimos años hemos detectado que hay gente que, por estar en desempleo, no se ha sacado la licencia y ha dejado de inscribirse en los campeonatos”.

La actual junta deportiva cogió las riendas de la Federación de una forma precipitada tras una crisis interna y tuvo que “ponerse las pilas para gestionar algo que estaba en decadencia”. El apoyo de la Unión de Federaciones Deportivas Vascas ha sido vital para salir adelante. En la actualidad han conseguido consolidar un ranking vasco que se basa en un circuito de torneos organizados por los diferentes clubes. “Son ocho o nueve pruebas de las cuales una es el Campeonato de Euskadi individual y otra el Campeonato de Euskadi por equipos”, explica Ferreiro. “Cada campeonato puntúa en función del número de inscritos que tenga. Si tiene más de 32 jugadores tiene más puntuación que si tiene menos de esa cantidad de inscritos. En base a esos resultados se configura el ranking vasco”. A final de cada año ese escalafón dictamina quiénes participan en la última prueba: “Luego está el Master de Euskadi, que se celebra en diciembre y participan los ocho jugadores que estén en los primeros puestos del ranking en ese mes”.

Los jugadores vascos de squash pueden optar también a participar en el Campeonato de España, que es abierto, e incluso en el calendario estatal. “Cuesta horrores intentar participar en todas las pruebas del ranking vasco. También intentamos acudir a muchas de las pruebas del circuito navarro, por lo que acudir a las del circuito estatal es muy complicado”, confiesa Alberto Ferreiro, “como mucho, solemos dejarnos caer por algunos campeonatos que se celebran en Cantabria o Burgos”.

Esta temporada la Federación ha conseguido poner en marcha un cuadro pequeño en categoría femenina, lo que supone el primer paso en las tres líneas de actuación que se han marcado para el futuro inmediato: “Queremos dar continuidad al crecimiento del ranking masculino captando a la gente amateur que juega por su cuenta. Hay que intentar acercarles lo que es la Federación, qué campeonatos hay y cómo funcionan. En mujeres hay que intentar buscar más adeptas y abrirlo para que las chicas que juegan esporádicamente vean que no es un deporte exclusivo para personas con una condición física muy buena. Hay diferentes niveles. A ver si de cara al año que viene conseguimos llevar un equipo femenino al Campeonato de España por selecciones autonómicas. El reto más importante está en abordar el tema de los niños para que el squash en Euskadi no se pierda. Es un deporte muy sano, con un ambiente fenomenal y en el que se potencian valores de respeto. Es un deporte conocido por su honestidad y por el fair play”.

campeón de euskadi Se da la circunstancia de que Alberto Ferreiro compagina sus labores en la Federación con su faceta de jugador. Recientemente acaba de ganar el Campeonato de Euskadi individual: “La verdad es que tenía en mente este Campeonato como una de las citas más importantes del año. Tenía ganas de quedar campeón de Euskadi. Sabía que iba a ser duro, pero tenía esperanzas puestas en ello y para ello había entrenado. Estoy contento con el resultado y con el juego. La motivación ha subido con este resultado. Ahora quiero terminar el año siendo el número 1 del ranking y ganando el Master de Euskadi. Es un titulo honorífico, un reto”.