bilbao - Pocas veces se ha visto a Novak Djokovic tan superior a Rafa Nadal. El serbio logró ayer su cuarto título en el Masters 1000 de Miami en una final en la que ejerció un dominio incontestable. Técnica, mental y físicamente, Nole hizo lo que quiso sobre la pista de Crandon Park, en Cayo Vizcaino, que es como el patio de su casa de Belgrado, e impidió que el número 1 del mundo estrenara su palmarés en el único torneo importante que se le resiste junto al Masters 1000 de Shangai.

El de ayer fue el cuadragésimo duelo directo entre Djokovic y Nadal que aún domina por 22 victorias contra 18 y la vigésima final, en cuyo balance manda el serbio por 11 a 9. Desde que el de Manacor se llevara en septiembre contra pronóstico el título en el Abierto de Estados Unidos, el tenista balcánico ha vencido a Nadal en tres finales consecutivas y con marcadores casi idénticos: 6-3 y 6-4 en Pekín, 6-3 y 6-4 en la Copa Masters y 6-3 y 6-3 ayer en Miami después de apenas 1 hora y 23 minutos en el territorio de Djokovic, que sumó su 18º título en un Masters 1000.

La no disputa de las semifinales por los problemas físicos de sus respectivos rivales parece que sentó mejor a Novak Djokovic, que estuvo impecable, sobre todo con su golpe de revés que fue una maquinaria de precisión. Empleando el argot de la pelota, el serbio gozó cada uno de sus golpes, la pelota le salió muy fácil. Nadal quedó confinado un par de pasos por detrás de la línea de fondo y de ahí no pudo salir. Sus golpes quedaron muy cortos y Djokovic, directamente, ejecutó. Ni siquiera el servicio pudo salvar al mallorquín ya que también al resto su rival dio lo mejor de si mismo y apenas le permitió apuntarse la mitad de los puntos.

Con solo una rotura se apuntó Djokovic el primer set y con otra muy rápida encarriló el segundo. El de Belgrado solo cedió una bola de break por lo que circuló durante todo el choque por una autopista con carriles a su derecha y a su izquierda. Nadal, dubitativo, asumió su inferioridad y cedió su cuarta final en Miami donde manda Novak Djokovic. Lo siguiente ya será Montecarlo, la temporada de tierra, en la que el número 1 del mundo debe proteger su posición.