bilbao - "¡Quién me iba a decir que año tras año iba a estar defendiendo la corona de campeón de Euskadi!", dice Iván Fernández Anaya (Gasteiz, 10-6-1988). Lo dice limpito, sin el peso del barro sobre sus piernas y días después de alzarse con su sexta txapela del campeón de Euskadi de cross. Un hito. Y supera además a Martín Fiz como mejor atleta en el barro vasco, que tiene cinco, quien ejerce de entrenador del joven gasteiztarra del club Bikila de atletismo. "No es nada fácil en una tierra en la que el cross tiene tanta importancia y hay grandes corredores", remata Fernández, quien apostilla que está "muy contento".
Rememora la carrera de Laudio Iván con precisión de cirujano. "Sabemos ya más o menos el nivel de cada uno de los corredores de la prueba porque hemos coincidido tanto en Amorebieta como en Elgoibar, Lasarte... Yo quería hacer mi carrera, salir bien desde el principio, porque el cross de Laudio es muy duro. Hay trozos de carrera que eran peligrosos. Quería hacer mi carrera y el que quisiera seguirme que me siguiera", cuenta. Nadie pudo perseguir la estela del gasteiztarra a la altura de la meta. Después de cinco entorchados consecutivos, Fernández portaba el estandarte de favorito con claridad. De hecho, en anteriores citas, el alavés ya estaba en el punto de mira de sus adversarios, que tampoco pudieron batirle. Mientras, su mentor y entrenador, Fiz se batía el cobre por tierras argentinas. "No sé si se habrá enterado, pero él tenía claro que tarde o temprano iba a batir su récord. Parte de estos títulos son suyos". La gesta en el campeonato de Euskadi es la punta de lanza del atleta alavés, cuyo ascenso en los últimos meses ha desatado un ciclón en el barro. Él mismo admite que ha dado un buen salto de calidad en el panorama mundial, con el campeonato de Europa de clubes con Bikila incluido. "En diciembre debuté con la selección española en el campeonato de Europa y conseguí el décimo puesto, siendo el tercero en discordia de España y solo superado por dos atletas nacionalizados. Yo creo que estamos haciendo una buena campaña. He terminado quinto en Elgoibar, luchando de tú a tú con los africanos, y quinto en Lasarte", especifica.
Sin embargo, el salpicadero de Fernández, que ha crecido mucho en sus últimas carreras, no está puesto solo en el barro. Aunque una fecha marcada a fuego en su calendario es el Estatal del 16 de marzo en Mérida. Para empezar, cuando acabe la temporada de cross en marzo, tiene previsto buscar la mínima para ir al campeonato de Europa de Zúrich. Después, en el mapamundi está Río de Janeiro como meta marcada y su reconversión en maratoniano, la misma ruta que siguió Martín Fiz, campeón de Europa (Helsinki, 1994) y del mundo de maratón (Gotemburgo, 1995), cuarto en los Juegos de Atlanta 1996 y sexto en Sydney 2000.
"Este año íbamos a debutar en el maratón en abril. Pero después de los grandes resultados en el campeonato de Europa de Cross, tanto Fiz como el seleccionador de España me dijeron que ni se me ocurriera dar el salto porque era joven y tenía que explotar mi 5.000. Me dijeron que tenía tiempo para pelear por estar en agosto en Zúrich", explica Fernández. Ha pospuesto el cambio el de Gasteiz, pero no se olvida de que en 2016 tiene un viaje pendiente a Brasil. "Siempre he tenido en la cabeza el maratón. Según los test que me hacen puedo aclimatarme bien. El sueño que persigo es llegar a Río de Janeiro y por el que lucho día a día. Si no debuto el año que viene, será a finales de 2015 para poder ir a Brasil en maratón", desgrana Iván Fernández. Quedan dos años para ello, pero el gasteiztarra no se preocupa. Aunque el cambio sea prácticamente radical, no le da miedo el rodaje por una clara razón: "Tengo a Fiz como entrenador y está cansado de correr maratones. La aclimatación la haremos, no me preocupa. Es verdad que al maratón hay que tenerle respeto, pero no miedo".
Siendo el Rey del Barro un atleta de piernas fuertes y veloces, su mayor debe para afrontar la misión de acercarse a los 42 kilómetros de una maratón es parar. Bajar el ritmo. Iván es explosivo, efervescente, le cuesta bajar de marcha cuando puede avasallar. Le va la velocidad. "Si puedo hacer una serie a 2:55 lo hago, aunque tenga que hacerlo a 3:05. Es un fallo que tengo. Tengo que procurar corregirlo. A Fiz no le preocupa, porque el volumen mayor de carga de trabajo hace que uno tenga que ir al ritmo que marca", analiza. Y es que, en un calendario semanal salpimentado con nueve sesiones de entrenamiento y alrededor de 130 kilómetros en las piernas, el cambio de especialidad supondría poner el límite en los 190. Entonces, "mi mismo cuerpo no podrá bajar de 3:05".
el suceso de burlata En el retrovisor de Iván Férnandez hay un suceso que le dejó marcado hace poco más de un año. En el cross Hiru Herri de Burlata, Abel Mutai iba primero, superando al gasteiztarra durante toda la carrera. El keniata, que pensaba que la meta estaba antes de lo previsto, se detuvo, con lo que Iván, si continuaba, se llevaba el triunfo. Pero frenó y dejó ganar al africano. Un gesto deportivo enorme, que trascendió en el mundo entero. "No me parecía ético ganar", analiza Fernández. Importa qué haces... "pero también cómo. Yo entreno para ganar, para ser el mejor, me machaco mañana y tarde durante nueve sesiones a la semana y no voy a mentir, quiero ganar; pero hay que saber cuándo ganar y cuándo no", remata.