Bilbao - "Hubo un momento, en el vestuario, en el que miré a mi alrededor y vi a dos jugadores desnudos hablando sobre cómo hornear el pan; a otro, también sin ropa, sentado y pintándose las uñas porque eran vísperas de Halloween y pensé... ¿Y yo soy el gay aquí?". Lanzó esta broma en febrero de 2012 en Bilbao, en una de las charlas del ciclo Thinking Football, John Amaechi, expívot británico de la NBA que cinco años antes, una vez colgadas las botas, se convirtió en un icono en la lucha contra la homofobia en el deporte al hacer pública su homosexualidad. La publicación de su libro, Man in the Middle, en 2007 levantó muchísima polvareda. En él tildaba de intolerante a Larry Miller, propietario de los Utah Jazz, varios compañeros como Karl Malone tampoco salían bien parados por su homofobia mientras que otros como Andrei Kirilenko reciben reconocimiento por su respaldo. Varias estrellas de la NBA apoyaron su valentía, pero también hubo salidas de tono como las de Tim Hardaway, que llegó a decir que "no me gusta la gente gay y no quiero estar cerca de ellos. Soy homófobo. No me gustaría tenerle en mi equipo y, si estuviera, me distanciaría de él porque no me parece bien. No debería estar con nosotros en el vestuario cuando nosotros estuviésemos en él". Posteriormente se retractó, pero ahí quedó la salida de tiesto.

En las cuatro grandes Ligas estadounidenses ha habido más casos, tampoco muchos, de jugadores que decidieron hacer pública su homosexualidad después de su retirada. En 1977, cinco años después de su último partido, el runningback David Kopay rompió el tabú publicando un libro en el que reconocía su condición de gay, siguiendo posteriormente su ejemplo Roy Simmons, Esera Tuaolo, Wade Davis y Kwame Harris. También se han dado casos en la MLB de béisbol, siendo el más destacado el de Glenn Burke, fallecido en 1995, a los 42 años, tras haber contraído el virus del Sida meses antes. Burke, cuya trayectoria en las Major Leagues duró solo tres años (1976-79) llegó a reconocer su homosexualidad a sus compañeros de Los Angeles Dodgers y a la gerencia, aunque no lo hizo público hasta colgar el bate, algo que según él se vio obligado a hacer de manera prematura por ser gay. En su biografía, asegura que el general manager de los Dodgers llegó a ofrecerle una luna de miel a todo lujo si accedía a casarse, a lo que él respondió: "¿Y tiene que ser con una mujer?". Además, a Burke se le atribuye ser el primer deportista en usar el gesto de chocar la mano para celebrar una buena acción en el terreno de juego. - J. L.