EN la vida tenemos retos de forma continuada. Mi gran reto como entrenador de la selección de balonmano en estos últimos años era participar en los Juegos de Londres. No era tarea fácil y había que salvar varios obstáculos.

El Mundial de Brasil de 2011 era la puerta de acceso. Primera fase de grupos con buenos resultados, pero partido clave en octavos de final contra Montenegro. Victoria decisiva que nos permitió acceder a los Preolímpicos. Pero la selección no se quedó ahí sino que consiguió por primera vez en su historia una medalla de bronce. El premio era doble porque además de la medalla nos permitió jugar el Preolímpico en casa.

Preolímpico con equipos de la talla de Croacia y Holanda. Mucha responsabilidad y favoritismo. Se pudo aguantar esa presión y se ganó. Gran objetivo conseguido, íbamos a participar en unos Juegos Olímpicos.

No sé cómo describir la experiencia de vivir dentro de la villa olímpica. Se me entrecruzan imágenes en el ascensor con los gigantes del baloncesto, ver entrar en el comedor a Usain Bolt, trabajar en el gimnasio con los mejores atletas, los medallistas enseñando sus medallas? Para mí que amo el deporte, se había hecho realidad un sueño. Pero no estaba allí de espectador, quería competir y luchar por objetivos más ambiciosos.

Nuestro debut en los Juegos fue una gran decepción con una derrota contra Corea. Charla con las jugadoras para transmitir que no estábamos de turistas sino que íbamos a competir y que podíamos hacerlo bien. El equipo reaccionó y según fue pasando la competición creció en rendimiento. Habíamos llegado a semifinales y estábamos cerca de las medallas. Montenegro nos derrotó y la decepción fue enorme, pero este grupo de mujeres tiene una voluntad de hierro y espíritu de superación. En la lucha por el bronce nos volvíamos a encontrar con Corea. Tras un partido agónico, con dos prorrogas, se consiguió esa ansiada medalla. Fue una explosión de emociones y alegrías. Si era un sueño estar en los Juegos, conseguir una medalla era indescriptible. La fecha del 11 de agosto de 2012 y Londres será siempre parte de mi mejor experiencia.