bilbao. Pistorius pasó ayer su séptima noche detenido en una comisaría de Pretoria sin saber si aguardará en prisión o en libertad el juicio por el presunto asesinato de su novia, la modelo Reeva Steenkamp. El juez aplazó hasta hoy la decisión sobre la libertad bajo fianza solicitada por el abogado del atleta y rechazada por la Fiscalía.
Ayer declaró el jefe de la investigación policial, Hilton Botha, que llegó al lugar del crimen alrededor de la 4.15 horas, llamado por el fiscal para que apoyara ante el juez su oposición a la libertad provisional.
Botha reveló detalles desconocidos de la versión de los hechos de la policía, que secunda la acusación de "asesinato premeditado" mantenida por el fiscal. Según el agente, dos vecinos aseguraron haber escuchado gritos y una "discusión acalorada" en la casa de Pistorius poco antes de que el atleta disparara su pistola.
Esa declaración contradice la versión que este martes dio el atleta, quien relató que la pareja cenó y se fue a dormir antes de que un ruido despertara al corredor, quien pensó que un intruso había entrado en el baño y efectuó varios disparos contra la puerta sin reparar en que su novia se encontraba dentro.
El abogado defensor alegó que los vecinos vivían lejos y no podían asegurar que el ruido viniera del domicilio de su cliente. Con un estilo muy incisivo, preguntó a Botha a cuántos metros vivía uno de los testigos. "600 metros", respondió el agente, y la larga distancia provocó el murmullo de buena parte de la sala.
Botha también desmintió la versión de la defensa según la cual Pistorius habría llamado a una ambulancia tras tomar en sus brazos herida a Steenkamp. Según el testigo, la policía halló en la casa cuatro teléfonos móviles, pero no habían sido utilizados "durante meses". Roux replicó que su cliente avisó a los servicios médicos desde otro aparato. La defensa pareció apuntarse otro tanto cuando reveló, citando a sus forenses, que Steenkamp tenía la vejiga vacía cuando murió, lo que confirmaría, según Roux, la versión de Pistorius, que sostiene que su novia se levantó a orinar cuando él estaba cerrando la puerta del balcón y disparó después en dirección al servicio, pensando que había entrado un ladrón.
sospecha de dopaje A la acusación por asesinato se le sumó ayer a Pistorius la sospecha de dopaje después de que la policía asegurara que encontró dos cartones de testosterona y jeringuillas en su casa. La defensa replicó sin embargo que se trata de sustancias derivadas de hierbas medicinales que muchos atletas utilizan y no están prohibidas.