bilbao. Sloane Stephens hizo saltar la banca y rompió la atonía de las rondas finales del Abierto de Australia donde están los mismos de siempre. La joven estadounidense de 19 años eliminó a Serena Williams, su ídolo -"tengo un póster suyo en mi habitación"-, con un 3-6, 7-5 y 6-4 tras dos horas y veinte minutos que hace pensar en que ha nacido una estrella. Porque algo parecido hay que ser para aguantar con 19 años los golpes de Serena, tocada físicamente, ponerla nerviosa y obligarle a cometer numerosos errores no forzados en la fase decisiva del duelo. Stephens aprendió de la derrota de hace unas semanas en Brisbane y logró el primer triunfo de su carrera ante una Top 10 que le permitirá saltar del puesto 25 del ranking WTA al 11 o 12 cuando concluya el torneo.

El rival de Stephens en la semifinal será Victoria Azarenka. La número 1 del mundo y vigente campeona del torneo derrotó a la rusa Svetlana Kuznetsova que se vino abajo y frenó su resurrección -ha caído por lesión hasta el puesto 75 de la WTA- a partir del 4-1 del primer set y cedió por 7-5 y 6-1.

Por su parte, el torneo masculino ha sido reflejo de un circuito inamovible, que no deja espacio a los meritorios. Así, Roger Federer y Andy Murray, 2 y 3 del mundo, se disputarán una plaza en la final a la que también aspiran Djokovic y Ferrer, que se miden en la mañana de Euskadi. Para el suizo, será su décima presencia consecutiva en las semifinales de Melbourne y la trigésimotercera de su carrera en los Grand Slams. Jo-Wilfried Tsonga estuvo cerca, exprimió el partido al límite del quinto set (7-6, 4-6, 7-6, 3-6 y 6-3), pero Federer encontró la manera de imponer su calidad sin alterar el pulso, como había hecho para llevarse los tie breaks del primer y tercer set.

Antes, Andy Murray había liquidado al galo Jeremy Chardy por 6-4, 6-1 y 6-2. El escocés se ha plantado en su octava semifinal en los últimos nueve Grand Slams sin ceder un set.