La etapa nos abre varios frentes que debemos de tener en cuenta. Desde mi punto de vista hemos podido sacar algunas conclusiones. En cuanto a la general se han podido ver cosas. Carapaz quiere el Giro y lo ha demostrado con la actitud, las piernas y la victoria. Lo ha hecho muy bien en el último puerto. Ha aprovechado esa duda que se suele generar cuando se acaba con una fuga para arrancar con todo y llegar a meta con diez segundos de ventaja, que con las bonificación se convierten en 20 y le meten más en la pelea. Ya sabe lo que es ganar un Giro y no le falta ambición. En el movimiento de Carapaz se ha podido observar que Del Toro está muy bien. Ha arrancado fácil y ha ganado unos metros, pero Ayuso no le ha seguido. No tenía sentido seguirle o que Del Toro dejara a Ayuso. Al quedarse el alicantino, Roglic no se ha movido. El esloveno está siendo muy inteligente. Su elección es Ayuso porque probablemente piense que Del Toro puede tener un mal día en la alta montaña. En el esprint de los favoritos se ha impuesto Del Toro, que ha cogido seis segundos de bonificación. Todo suma. El UAE va a tener que gestionar los egos. Es cierto que cuentan con las mejores cartas y son los más fuertes, pero eso no te garantiza la victoria per sé. Roglic sigue al acecho, aunque parece que no está. Es muy frío corriendo pero observa y calcula. En San Pellegrino lo ha intentado Bernal y a Roglic le ha costado un poco, pero nunca se sabe con el esloveno. Es el que menos está gastando y eso puede ser crucial la última semana. En cuanto la fuga, una pena que Pello Bilbao no haya podido jugarse la victoria. Era muy difícil. Es cierto que el quinteto era muy bueno, de mucha calidad, pero atrás no han dejado que la diferencia creciera muchísimo. Las fugas de 5 o 6 corredores son más o menos controlables. A partir de ahí, se complica. Además, Pedersen ha firmado una exhibición y él solo ha bajado más de 1:30 la diferencia de la fuga. Eso les ha condenado.
El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk.