El Santutxu-Ercoreca alcanza su sueño
Tras tres platas consecutivas, el conjunto vizcaino triunfa en el Estatal de Cross por clubes de Oropesa
bilbao. Como los sueños que con más perseverancia se persiguen, los que más cuestan, detonan con mayor potencia cuando se atrapan, Álex Carneros, presidente del Ercoreca-Santutxu, experimenta en sus entrañas algo parecido a una explosión nuclear cuando, al fin, su equipo alcanza lo que lleva años codiciando.
En Oropesa de Mar, en un día espléndido de cielos azules altísimos y un sol casi primaveral, el conjunto vizcaino logra el título estatal femenino de cross por clubes, un hito histórico, por pionero, para el atletismo en Bizkaia, y su presidente estalla de felicidad. "¡Hostia!, es que nos ha costado un montón", dice. Con ese estallido, Carneros se libera. "Nos hemos quitado un peso de encima". El Santutxu padecía el síndrome de Poulidor, el eterno segundo.Sin rival en los campeonatos de Bizkaia y Euskadi de las últimas temporadas, llevaba tres años consecutivos tropezando con la misma piedra, el Barcelona, en el Estatal. La primera plata se celebró como un éxito monumental; tras la segunda, se dijeron, vaya, otra vez segundas; la tercera, la temporada pasada, fue como si les hubiesen colgado del cuello una medalla de plomo. La chicas estaban desencantadas porque, además, corrieron media carrera por delante de sus rivales barcelonesas. El sueño acabó aquella vez en lamento. ¡Buff!, segundas, suspiraron. "Nos fuimos a casa", recuerda Carneros, "con una enorme espina clavada".
Se la sacaron ayer, tras una carrera sensacional de sus cinco componentes. Cuatro de ellas, Mariem Alaoui, Lidia Rodríguez, Iris Fuentes Pila y Judit Pla corrían en el reducido grupo de cabeza cuando solo faltaban dos kilómetros para la meta. De ahí al final se exhibió Alaoui, la marroquí del Santutxu, que con un poderoso ataque lejano desencajó a Soud Kambuchia y Malika Asahssa, con las que se había fugado, y coronó con su triunfo personal el éxito colectivo del equipo vizcaino, que venció por aplastamiento. Lidia Rodríguez cubrió unos excelentes metros finales para acabar tercera, mientras Fuentes Pila alcanzaba la sexta posición y Judit Pla, la cuarta corredora que puntuaba, la decimosegunda. El Santutxu sumó 22 puntos, por 55 del Marathon madrileño y 68 del Barcelona, defensor del título y mermado por la ausencia por enfermedad de Sonia Bejarano. La superioridad de las bilbainas fue tan abrumadora que incluso su quinta corredora, Maite Arraiza, 35ª, quedó por delante de la cuarta atleta de sus rivales.
Para Carneros el triunfo del Santutxu se fundamenta en algo tan intangible y poderoso como la mentalización. Dice que nunca antes había visto a un equipo tan convencido de luchar por un título tan deseado. Tampoco, que esa motivación provocase un sentimiento casi fraternal entre las atletas, entregadas al trabajo colectivo sin condiciones porque asimilaron con naturalidad que el título era un asunto coral en el que desafinaban las solistas.
"Ese sentimiento de equipo es una de las claves del triunfo. Otra, la planificación, porque las atletas llegaron al 100%, en un estado de forma perfecto, a esta cita. Y eso que parece tan sencillo, no lo es en absoluto porque la temporada es larga, hay muchos objetivos por el camino y hay que hilar muy fino para conseguir que todo el equipo llegue así de bien a un día tan importante", desgrana Carneros, que, liberado y gozoso al alcanzar el ansiado título, no se descuida -"en el deporte no te puedes dormir"- y se fija nuevos sueños. Cosas tan ambiciosas y motivadoras que tienen que ver con el Europeo del próximo año, para el que el Santutxu está, desde ayer, clasificado directamente. Será su segunda participación en la cita continental después de la de Bilbao en 2010, a la que accedieron como club organizador y firmaron una espléndida octava posición. "Lograr estar cerca del podio, entre los cinco mejores, sería un sueño". El siguiente tras el deseado título estatal de ayer en Oropesa de Mar.
Bronce del Bidezabal-Durango También lució el Santutxu en el cross corto con la etíope Trihas Gebre, 21 años y residente en Donostia, que ganó la prueba. El equipo acabó octavo. En esos cuatro kilómetros, el Bidezabal-Durango logró una brillante tercera plaza con Ana Isabel Gutiérrez (12), Iraia García (17), Belit Solar (22) y Pular Fernández (31).