Hospital de campaña
La fatiga y las lesiones se apoderan de los aspirantes a un título que Nadal, bajo de forma, tiene difícil reeditar ante un Djokovic arrollador pero que llega tocado tras sufrir su segundo revés en 54 partidos
BILBAO. Cuenta el periodista inglés John Carlin, autor junto al balear de la obra Rafa que el próximo octubre saldrá a la venta, cómo el tenista se derrumbó al diagnosticársele a finales de 2005 una lesión congénita en un hueso de su pie izquierdo. Sebastián Nadal, padre del jugador, tuvo una idea para levantar la moral de su hijo. "Con todo ese talento y esas pelotas que tienes", comenzó a argumentar, "no veo ninguna razón para que no puedas convertirte en un golfista profesional". Afortunadamente, y gracias a Toni, tío y preparador, la historia siguió por los mismos derroteros. Bajo esa posibilidad frustrada, una gran parte de los favoritos del Abierto de Estados Unidos que arranca mañana podría haberse convertido en profesional del green. El insufrible calendario de la ATP ha provocado que el torneo se transforme en un hospital de campaña donde los principales aspirantes al último título del Grand Slam acuden bajo mínimos, incluido el todopoderosísimo Novak Djokovic, actual número uno del Mundo, cuyo hombro no dio más de sí la pasada semana en la final de Cincinnati, hincando la rodilla ante Andy Murray en la que fue la segunda derrota del serbio en 54 partidos en el presente curso.
"Me encuentro en un estado de fatiga general", admite Nole, o Djoker, como ya le apodan, "no podía sacar a más de 160 kilómetros por hora ni golpear bien mi derecha en carrera". Por lo demás, el de Belgrado se erige en indiscutible estrella sobre la pista estadounidense gracias a su reciente aval, nueve coronas en diez finales, aunque haya disputado menos encuentros que el resto de sus compañeros: Rafa Nadal (63), Nicolas Almagro (62) -con molestias en el bíceps de su brazo derecho- y Tomas Berdych (56), siendo Monfils, con 41, el más descargado. No es de extrañar con este panorama que Roger Federer, irregular y excesivamente fallón, pueda ceder ante el checo o que el mallorquín haga lo propio en primera ronda de Montreal ante un semidesconocido Dogic. Lastimado en su talón izquierdo durante Wimbledon, Nadal retrasó su plan estival para evitar complicaciones y ahora trabaja a marchas forzadas con su preparador físico, Joan Forcades, en una batalla contrarreloj que le permita optar a revalidar su cetro. Y como a perro flaco, todo son pulgas, la pasada semana sufrió una ligera pero molesta quemadura en los dedos al recoger un plato de comida que derivó en ampollas.
Mientras tanto, David Ferrer también vio alterada su puesta a punto por una fisura en su mano izquierda; Tommy Robredo no ha ganado apenas un duelo desde el pasado mayo al arrastrar múltiples dolencias musculares; Robin Soderling sufre una molestia preocupante en su mano izquierda que le mantiene K.O; e incluso Andy Murray, con el muslo tocado, nota que le falta el aire. Todo ello les conduce a amainar todos estos dolores con analgésicos, antiinflamatorios y vendajes que puedan engañar al cuerpo. No es de extrañar que los tenistas se hayan levantado en armas desde hace ya tiempo instando a la ATP a "cambiar esto cuanto antes".
más diésel y sin confianza La dificultad de Nadal se agranda por la superficie de estas pistas, mucho más agresivas que la tierra donde se desliza, y más si se encuentra a medio gas en cuanto a explosividad, capacidad de resistencia y esfuerzos, aunque ya desde Roland Garros -aunque acabara ganándolo- ofreciera síntomas de flaqueza. De su figura trasluce falta de confianza tras los sucesivos reveses frente a Djokovic, y hasta le cuesta coger mucho más la forma, como si su cuerpo se hubiese vuelto más diésel. Inmerso en un periodo de confusión y de ansiedad, necesita volver a creer en él y pulmones para que el frágil soplido se convierta en el huracán de siempre. Ante Mardy Fish cayó por primera vez en siete enfrentamientos y, lo que es peor, ofreció una imagen desconocida: "No llegué bien preparado a la gira americana", reconoce en un alarde de sinceridad.
A pesar de tener tres títulos en nómina esta temporada (Montecarlo, Barcelona, Roland Garros), Nadal nunca ha aterrizado en la Gran Manzana con tantas derrotas como este año (10) desde 2007, no superando esta cifra desde 2004 (12). Ha participado ocho veces en el major neoyorquino, siendo sus resultados cada vez más positivos: segunda ronda en 2003 y 2004, tercera ronda en 2005, cuartos de final en 2006, octavos en 2007, semifinales en 2008 y 2009, y título en 2010. Para repetir hito, Rafa tiene muy claro qué debe hacer: "En Nueva York tengo que hacer mi juego. Tengo que jugar más agresivo, moverme más rápido, tener más intensidad y cometer menos errores". Partirá por la parte baja como segundo cabeza de serie con la imperativa urgencia de reeditar triunfo con la finalidad de defender 2.000 puntos que no le alejen aún más del trono ATP del que se bajara el pasado mes de julio en favor de Nole. "No sé si voy a estar en perfectas, pero lo que es seguro es que voy a intentarlo". Palabra de Nadal.
La otra gran incógnita reside en Federer -quien cuenta con cinco títulos de USA Open entre sus 16 trofeos de Gran Slam-, puesto que también salió relativamente temprano de esos dos cruciales torneos de fogueo en canchas duras. Ahora, el suizo enfrenta la posibilidad real de ver cortada su excelsa racha de ocho años ganando al menos uno de los cuatro torneos más importantes de cada ejercicio. Cumplió el 8 de agosto 30 años y le gustaría evocar al último tenista en levantar los brazos en un grande una vez sobrepasada esa edad: André Agassi, en el Abierto de Australia del 2003. Entre el resto de participantes destacan también las bajas de todo un veterano y una promesa: Leyton Hewitt y Milos Raonic. El australiano, ex número uno y campeón de este torneo en 2001, está situado esta semana en el puesto 188 del ránking y había recibido una plaza de invitado especial, pero su deseo de conmemorar el décimo aniversario de su victoria se ha visto truncado por una lesión en un pie. Por su parte, el canadiense pospondrá su regreso a las pistas tras lesionarse la cadera en Wimbledon.
nadal arranca ante golubev El sorteo deparó que Nadal abra el torneo ante el kazajo Andrey Golubev (24 años y número 97 en el escalafón), mientras que Djokovic lo hará contra un jugador procedente de la fase previa. En la parte del cuadro del balear figura el escocés Andy Murray, que debutará ante el indio Somdev Devvarman y que sería su previsible rival en una hipotética semifinal. Federer debutará frente al colombiano Santiago Giraldo y tendría a Nole como oponente en la antesala de la final. Entre los primeros partidos a degustar en cuanto a los representantes estatales destacan los compromisos entre Ferrer y Andreev; Almagro y Benneteau; Verdasco y Nieminen; y Feliciano López, pupilo de Alberto Berasategi, ante el japonés Tatsuma Ito. Del Potro abrirá frente a Volandri, lo mismo que Roddick ante su compatriota Rusell y el sacador Isner contra Baghdatis. Monfils-Dimitrov, Gulbis-Youzhny y Harrison-Cilic completan un cartel inicial donde presumiblemente las sorpresas se irán concatenando con el paso de las jornadas. Quizás también las lesiones. Las baterías no dan más de sí.