bilbao. Un suspiro se escapa de la sonrisa perpetua de Eunate Aguirre (Bilbao, 24-5-1982) cuando el nombre de Neymara Carvalho, la pentacampeona del mundo, la rival infatigable y amiga maestra, se cuela en la conversación. De ella ha aprendido la vizcaina y con ella ha cruzado los lazos de la amistad. "Ha sido difícil competir contra ella", admite. En todos los sentidos, porque su hegemonía parece incapaz de derrocarse. Lo intentó Eunate, que se quedó a una sola ola de su sueño, en la misma orilla, y que tuvo que cargar con la presión del poder: "Todo esto es nuevo para mí y me ha absorbido un poco". Reflexión de una subcampeona que mastica su tesoro marino: "¡Soy la segunda del mundo!".
¿Qué siente al haber estado tan cerca del título?
Muchísimas emociones juntas. Sentimientos enfrentados. Hasta el último momento ha sido mucha responsabilidad la que he tenido encima. Al final no ha podido ser pero estoy muy contenta y feliz porque ser campeona conlleva muchas cosas, no es sólo entrar al agua y competir, y todo eso es lo que me llevo de positivo, de aprendizaje de este año. También rabia porque era un pasito, no era nada, eran quince puntos, era pasar una manga, una ola como quien dice. Pero mi filosofía de vida es que todo tiene un porqué y en este caso es que quizá yo todavía no estaba preparada y esto es un empujón para decirme que he estado cerquita y que siga luchando de esta forma porque algún día va a llegar.
¿Por qué ha quedado Eunate Aguirre subcampeona del mundo?
Por la garra que he tenido. Ser campeona es algo que quiero mucho y eso me ha dado muchas fuerzas para no dar por perdida una manga hasta el final, incluso aquí, en Canarias, pasé a semifinales en los últimos veinte segundos y luchando hasta la orilla. Esa garra, ese quererlo, desearlo con fuerza, es lo que me ha dado la diferencia este año.
¿Tenía algún presentimiento antes de la prueba?
Tenía muchísima fe en que podía ser campeona. El año estaba siendo muy bueno, con unos primeros resultados excelentes que yo no me los esperaba y que fueron llegando... tenía fe en que podía también pasar con este título. Pensaba que estaba todo para mí, que se daban las circunstancias. Tenía confianza. Vine un tiempo antes a entrenar aquí y he estado muy a gusto, como siempre en El Confital. Pero quizá esa presión, que todo esto es nuevo para mí, me ha absorbido un poco y me ha hecho meterme mucho en ese rol de responsabilidad y no he sabido disfrutar del evento. Eso es lo que no me ha dejado un buen sabor de boca.
O sea, la presión le pudo.
Sí, al final llega un punto en que cuando estás tan arriba llevas una carga, una responsabilidad encima y eso a veces te hace no funcionar muy en sintonía con el mar. Se trata de buscar la clave y eso es lo que yo tengo que buscar, por eso digo que para mí ha sido un aprendizaje porque tengo que buscar cómo surfear y dar lo mejor en el agua, que quizá he estado un poco trabada en ese sentido.
Y se quedó en semifinales.
Si valoro las sensaciones que he tenido en cada manga, que para mí ha sido como estar asomada al acantilado en cada una de ellas porque eran todas importantísimas, me estaba jugando todo en cada una de ellas, el cómputo en general del campeonato es muy positivo. Es un tercer puesto y está muy bien.
Llegaba a esta cita de una forma muy distinta a la de 2006, cuando también podía ser campeona.
Sí, llegué con opciones muy relativas porque tenía que ganar el campeonato y que las otras chicas quedaran en octavos. Lo que era una posibilidad mínima. Este año hasta el último suspiro he estado ahí.
¿Le ha quedado algún resquemor durante esta temporada?
Claro que cuando terminas el circuito y miras para atrás hay un montón de situaciones que sí te las replanteas. Porque por muy poca diferencia terminas primera o tercera en una prueba. Pero tampoco me voy a centrar en mirar para atrás.
Uno de los principales valores que le da a este subcampeonato es la progresión que supone con respecto al cuarto puesto del año pasado.
Sí, sin duda. Y la confianza de decir que mi trabajo ha dado sus frutos. Es muy satisfactorio subir de un cuarto puesto a un segundo. A veces en la competición también existe el factor suerte y ocurre que por muy preparada que estés no llegan los resultados. En este caso, han llegado los resultados y además mi surfing está mejorando. Además, me ha dado muchísima confianza para el año que viene. Lo tengo muy claro, una chica de Euskadi, de Sopelana que está luchando a nivel mundial, para mí es admirable.
Y de Neymara Carvalho ¡qué vamos a decir!
A mí me dio muchas alas el haber entrenado con ella. Por una parte, para mí este campeonato ha sido muy difícil porque es mi amiga la que me ha dado la fuerza este año para estar ahí peleando y al mismo tiempo he tenido que disputar el título con ella. En ese sentido, ha sido difícil también esta última prueba. Pero es increíble, son cinco títulos y demuestra que está muy por encima del resto, que es una fuera de serie.
¿En qué prueba es en la que más ha disfrutado?
En el inicio de temporada. Disfruté muchísimo en Hawai, en Pipeline, ya por la propia prueba, que tiene gancho, y luego las etapas de Brasil porque vinieron resultados buenísimos para mí y me coloqué líder del ranking. Y sin duda alguna, la victoria en Bahía, vencer una prueba del circuito mundial para mí fue increíble. Ese inicio fue la bomba.
Y ahora, de vacaciones; a descansar cuerpo y mente.
Sobre todo mente, el físico lo tengo muy bien preparado, he tenido una preparación muy buena. Ha sido un circuito muy largo desde abril, parones, altibajos... la cabeza se ha ganado un descanso. Y ahora, unas vacaciones relajadas, me quedo en Canarias un tiempo para hacer más fotos y vídeos de promoción, tranquilamente y sin presión. Surfear por disfrutar.