Banderazo de salida para las elecciones del Athletic

Tocaba extraer conclusiones de lo ocurrido en Dortmund y analizar cómo afectaría a la cita de mañana en San Mamés. Tocaba disertar sobre si tras el 4-1 se detectan más motivos para creer en la reacción o, por el contrario, persiste la impresión de que la mala racha puede prolongarse más aún. Resulta comprensible que más que un moderado optimismo, en el ánimo del personal anide una especie de recelo cimentado a base de hilar decepciones.

Cierto temor está justificado, pues las muestras de irregularidad y fragilidad no remiten. El partido de Alemania, en sí mismo y por el contexto, no sería el adecuado para efectuar una valoración exhaustiva, pero se reprodujeron comportamientos similares a los observados durante septiembre. Este Athletic posee la rara habilidad de alternar fases sin conexión entre sí, de experimentar transformaciones radicales de un tiempo al otro en cada actuación, de no sacar un remate limpio y bien dirigido cuando coge la onda y domina al rival…

El anuncio de Uriarte

En fin, era momento de hurgar en aspectos desgastados por repetidos, pero son los que marcan la pauta de la temporada: las tres victorias asoman muy difuminadas en la lejanía de agosto. Sin embargo, resulta que ayer a primera hora, el Athletic lanzó una convocatoria para el mediodía en el aeropuerto de Loiu, donde Jon Uriarte atendería a la prensa allí congregada. A la hora del aperitivo, el Athletic anunciaba en su página web la intención de Uriarte de presentarse a las próximas elecciones. Así las cosas, es impepinable que el fútbol pase a un segundo plano.

Para empezar, si bien valdría la cabeza visible de cualquier institución para hacerse una idea de lo que implica, nadie se imagina que Juan Mari Aburto comunique que se presenta a la reelección a través de una noticia publicada por elAyuntamiento de Bilbao. Otra cuestión bien diferente sería que el presidente del Athletic divulgue la fecha de las elecciones y se haga a través de los canales oficiales del club. Pero postularse para seguir en el cargo utilizando un medio que no está al alcance de otros candidatos, si los hubiere, muy bonito no queda, la verdad.

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Hace un par de semanas, en la comparecencia anual para hablar de objetivos Uriarte replicó con un simple “no” a la pregunta de si estaba sopesando o si quería seguir en Ibaigane. La respuesta sonó como un “sí”. Desde tiempo atrás se intuía sin esfuerzo que el mensaje publicitado ayer se escucharía más pronto que tarde.

Para entonces él mismo ya había soltado el globo sonda en torno a la ampliación de San Mamés, poco después fue el turno de la ampliación de Lezama y luego trascendieron los números, el superávit, el costo de la plantilla y un presupuesto récord. Gracias en gran medida a los ingresos derivados de la Europa League, por vez primera la directiva de Uriarte no toca el fondo que en 2018 dejó Josu Urrutia. El empujón de la Champions sugiere una previsión financiera favorable en el corto plazo, pero será fundamental alargar el idilio con los torneos internacionales para soportar el elevado costo que a fecha de hoy supone la plantilla.

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Decisión personal

Aseguró Uriarte que se trataba de una decisión personal, que desconocía lo que harán los miembros de su directiva. Dijo que pretende apuntalar en otro mandato la gestión realizada, lógicamente cabría añadir. Y afirmó que con el paso dado pretendía aportar “tranquilidad” para rebajar la “convulsión” de los años electorales y “estabilidad” al club “eliminando parte de la incertidumbre”. No conforme con esto, expuso que su anuncio es un “mensaje de confianza” a los profesionales de las dos primeras plantillas en un tiempo de resultados adversos y que la inercia se iba a voltear a partir de mañana sábado.

En síntesis, Uriarte trazó una evidente asociación de ideas al vincular o fundir su deseo de seguir en Ibaigane con todo lo bueno que le aguardaría al club, a los equipos, al proceso electoral… La campaña está en marcha.