El Athletic juega hoy las semifinales de la Supercopa en Arabia. Sí, ese sitio donde los derechos de las mujeres son pisoteados día sí y día también, entre otras cosas, y donde tienen el dinero por castigo. Lugar donde el aficionado al fútbol no puede acudir por lo caro del desplazamiento y competición a la que nadie ha querido faltar pese a que con la boca pequeña todo el mundo pone a parir. Vamos, la definición del mundo del deporte rey en muy pocas palabras.

Cuando el colegiado decrete el comienzo del partido, pese a las imágenes que nos lleguen y la comprobación del personal de las gradas, nos abstraemos de todo eso y volveremos a disfrutar de nuestro equipo en busca de un nuevo título. Enfrente, el Barca que va de ridículo en ridículo en los despachos pero que tiene un gran equipo y como todos bien sabemos, la pelota tapa toda la “mierda”. En ese instante, de Olmo y Víctor no se acordará nadie y menos si a los culés les va bien sobre el césped. Otra más de este nuestro mundo del balón.

Los de Valverde, con mucho que ganar y poco que perder. Sigo pensando que nuestras batallas son otras. La Supercopa de Yeda es para los que quieren, los que mandan, el Real Madrid y el FC Barcelona. Los demás vamos de atrezo. Figurantes con buena pinta, un relleno en toda regla. Claro, el sueño de cualquiera que no sean ellos sería una final entre Mallorca y Athletic. Ya os digo que si eso sucede, suspenden el torneo por la mala climatología. Como estáis leyendo, me pone esto de la Supercopa entre poco y nada.

Hay mucha gente a la que cuando hay partidos internacionales solo les interesa que no venga nadie lesionado. A mí me pasa en este torneo. Quiero que vuelvan todos bien y los que están tocados que se recuperen allí, pero de jugar, nada de nada. Además ya sabéis cómo va esto. Si gana uno de los dos, el título es una pasada. Si lo ganamos los otros, es el trofeo de la galleta. Todavía me acuerdo de las palabras de Rexach cuando les metimos un meneo guapo a doble partido.

Hoy estoy convencido que llegada la hora volveré a soñar con una victoria rojiblanca, pero tampoco me va a pasar mucho si no es así. Esta campaña precisamente que tenemos tantas competiciones para estar entretenidos, esta, precisamente esta, es la que menos me gusta y la que menos me llama la atención. Ojo, no es ponerme la venda antes de la herida, para nada. Simplemente es que para mí lo más importante del fútbol es lo que genera a sus aficionados y la Supercopa no es para los aficionados, es para los bolsillos de unos pocos.