EL último Deustobarómetro nos ha dejado un cuadro donde el análisis no escapa de la sorpresa y de la preocupación. Casi 1 de cada 4 jóvenes vascos (22,7%) asocia el franquismo con bienestar y desarrollo, dice el estudio. Y es un dato realmente sorprendente (alucinante iba a escribir) que nos dice que existe una desconexión importante entre la memoria histórica real (o institucional) y la percepción que transmiten las nuevas generaciones. Como viejo babyboom, no digo que me sorprende, digo que me escandaliza que exista siquiera un 1% de la ciudadanía que piense que con Franco estábamos mejor. La idea real es que contra Franco estábamos mejor. También es de reseñar el dato de que solo el 58% de los vascos se siente libre para dar su opinión, una cifra baja para un Estado democrático bien asentado. Consuela que la democracia en Euskadi (5,7) se perciba como superior a la del resto de España (4,4). Con todo, estamos hablando de porcentajes que nos hablan de democracias de baja calidad. Pero hay un dato que debemos resaltar. EH Bildu capitaliza el malestar social (vivienda, vulnerabilidad). Llegar a entender cómo una fuerza política instalada en el no es capaz de vender gestión social, por ejemplo en vivienda, será uno de los grandes estudios sociales de años venideros. Sabemos que el problema de la vivienda y la precariedad no se va a solucionar de un día para otro. Ni siquiera durante una legislatura completa. Eso les garantiza un fondo de votos constante. Pero no garantiza soluciones a problemas transversales. La inestabilidad se ha instalado en nuestra sociedad. l