Como aquel (o aquella) que decía vamos a contar mentiras, hoy vamos a contar chistes malos con protagonistas que pronostican finales de fiestas y ellos mismos se convierten en una. Como Alvise, ese gurú que está siendo investigado por lo que dijo que había que combatir: la corrupción política. Se investiga si financió su campaña a las elecciones europeas con criptomonedas regaladas por un empresario que no tiene un pase cuando habla. Y, así, una vez más la realidad nos enseña que cuando se descubren ciertas voces que el anonimato de redes sociales esconden, lo que hay es de una simpleza tal que poca gracia tiene. Pero para chiste del malo es que Trump se haya reunido con Volodímir Zelenski y delante de él hable de su “amigo Putin”. Poco o nada se puede esperar de un señor que esgrime como baza electoral que los migrantes en Estados Unidos se comen (literal) a las mascotas. Claro que lo peor no es que él lo diga, sino que haya millones de personas que se lo crean. Así que esas mismas personas se habrán reído a carcajadas viendo la cara incrédula de un presidente de Ucrania escuchando las palabras de amistad de quien puede ser -y ha sido- nuevo presidente de la potencia más grande del mundo con quien masacra desde hace dos años a su pueblo. Y, como no hay dos sin tres, será un chiste del malo si la afición del Athletic se queda sin viajar el próximo partido por la bengala de Herri Norte. Y que haya quien diga todavía que no son ultras. Eso sí que es un chiste, de los buenos.