La semana pasada dieron el adelantado, que uno creía que era un periódico de Segovia, y la semana que viene darán el definitivo, llamado así a pesar de que está a unos días de pasar a mejor vida y dejar su sitio al siguiente. Luego está el general, que no es un militar de rango aunque amenace cada cierto tiempo la tranquilidad como el que allá en (y no por) La Paz salió de su cuartel con los tanques, y también el subyacente, o sea, el que subyace, que dicen que es yacer o estar debajo de algo. Y ojo que he dicho algo, sin personalizar, no vaya a entenderse mal, que luego pasa lo que pasa, o lo que le pasó al boliviano. Además, tienen versión corta, mensual, y larga, interanual, como las luces de los coches, quizá porque al cambiar una por otra deslumbran y no te dejan ver nada; y hasta hay otro, este europeo, para comparar entre países, que llaman armonizado, no sé si para que suene mejor la música. Con todos ellos nos cuentan lo que usted y yo ya sabemos aunque no no los cuenten porque lo vemos en la cuenta (bancaria), pero nos lo cuentan como ellos saben con la intención de que no nos demos mucha cuenta, como quien receta un analgésico para paliar el dolor. Luego vas a la frutería y lo que hace un año pagabas 30, hoy pagas 40; vas al supermercado, llenas el carro y te cuesta 200 lo que costaba 150 el año pasado. Ese es el último, el real, el que no calcula nadie. Se llama coste de la vida, el IPC multiplicado.