DESPUÉS de irse de casa de Isabel Preysler, Vargas Llosa le ha enviado por mensajero el manuscrito de su último libro. Me imagino cómo estaría la celebrity leyéndolo y esperando a encontrarse en sus páginas sus más íntimos pensamientos. Los despechaos están de moda. Ni siquiera un Premio Nobel se ha resistido a contar sus amores –o desamores– en sus relatos. ¿Lo hará otra vez en su nuevo libro? Es todo una incógnita pero sus lectores y lectoras esperan la publicación de su novela con mucha expectación. El amor y, sobre todo, el desamor facturan. Y si no, que se lo digan a Shakira, que con su #53 Music Sessions con Bizarrap suma ya los 125 millones de reproducciones en YouTube y los 43 en Spotify. El tema en el que despedaza sin piedad a su expareja Gerard Piqué, un beef, que es como llama la generación Z a una pulla, la han convertido en el número uno y en la loba indiscutible. Sus cuernos son los mejores monetizados de la historia. Esperemos que ahora que Shakira ya se ha desahogado, tenga todo el cash necesario para devolver uno por uno los euros que debe a Hacienda. También Miley Cyrus ha seguido los pasos de Shakira y ha lanzado un single con dardos envenenados a Liam Hemsworth, aunque con versos mucho más sutiles que los de la cantante colombiana. Yo tengo una duda, ¿las canciones están dedicadas a sus exparejas o al mercado? Me temo que a lo segundo.

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