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Mesa de Redacción

Arantza Rodríguez

Mari Domingi pide refuerzos

COMO Mari Domingi en funciones, porque el año que viene oposito a reno sí o sí, necesito refuerzos para salvar estas navidades. No sé si de Amancio Ortega, que se compra rascacielos por el mundo como quien se compra calcetines, pero sí de varios profesionales del sector de adquisición de regalos in extremis. Esto me pasa por vender mi alma a las plataformas de venta on line. En primer lugar, requiero los servicios de un experto en transporte intergaláctico para que me oriente sobre cómo comprar un juguetito de nada sin pagar una cifra astronómica de gastos de envío, que parece que te lo van a mandar desde Neptuno haciendo escala en todos los planetas del Sistema Solar o que en el embalaje viaja también el Guernica. Tampoco me vendría mal un bróker porque el precio de algunos artículos oscila según la hora, el día o el dispositivo desde que los mires y es un estrés. Hace unos años casi cortocircuito esperando con la vista fija en la pantalla a que bajara el coste de un estadio para bailar peonzas. Entres ustedes y yo, una palangana de plástico que se cotizaba como una porcelana china, pero estaba en el top ten de los patios, ya me entienden. Lo peor es que si encuentras lo que buscas demasiado barato, piensas: lagarto, lagarto y empiezas a escrutar los mil y pico comentarios, si la empresa tiene un nombre pronunciable o si la página web se creó antes de ayer. ¿Hay algún hacker en la sala?

arodriguez@deia.eus