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Economía sobre ruedas

NO, a ver, no es que de un día para otro se haya acabado la crisis y nos salga el dinero de los bolsillos. Bueno, sí, el dinero sí nos sale de los bolsillos, pero no a rebosar sino euro a euro, gasto a gasto, factura a factura. O sea, que no, que la economía no va bien de repente. Si acaso va bien para los de siempre, unos pocos, y de regular a muy mal para los demás. Pero en este siglo que va casi para un cuarto la economía es un coche. Está eso que llaman la desaceleración, de cien a cero en mes y medio porque en agosto nos salíamos, y la ralentización, que es este punto muerto de octubre con un ruido como de que patina el embrague. Pero también que la economía llega desde sus centros de producción, grandes corporaciones multinacionales, hasta los ciudadanos abocados a utilizarla en grandes trailers que transportan una y otra vez modelos de crisis. Se retoca el diseño, se actualiza la paleta de colores, se le añaden cuatro gadgets tecnológicos y voilá!, puede ser lo mismo un todoterreno que un utilitario. Además, quienes ganan dinero con la transacción son los bancos que financian el coche, digo la crisis, primero al concesionario y luego al consumidor. Si hasta el combustible que queman ambos, economía y coche, son los derivados del petróleo y el gas y ahora la electricidad... a la espera de la revolución que dicen será el hidrógeno. Hablando de coches, ¿recuerdan Airbag? ¿Y a Pazos? Eso es: el problema es el concepto. l