NA veía a Olli Rehn hace una década saliendo semanalmente como comisario de Asuntos Económicos y pensaba que lo que tenía delante era un consejero áulico encargado de las malas noticias. Lo vieron los griegos y los memorándums destino España desde Bruselas donde entre Sarkozy y Merkel se cocinaban la crisis de 2008 y Rehn salía a explicar las recetas, salpimentar las presiones o dar a probar los malos números. Finlandés a los mandos de la severa dieta económica, reverbera ahora en la fiesta de la inflación y desde su sillonazo del BCE apunta a la subida de tipos de interés para verano. Olli hacía eso, nos soltaba un estribillo que anunciaba más harapos y luego en el ascensor escuchabas el drama del vecino y en el telediario todos los demás. El excomisario volvía la siguiente semana y mantenía la tonadilla, igual que ahora, que abre la boca y el pan sigue subiendo, resucita el concepto prima de riesgo y yo ya me he echado a temblar. Olli habla de una subida de un cuarto de punto desde el mismo centro donde trajinan los tipos Christine Lagarde y Luis de Guindos, grandes exhibicionistas del poder en la última crisis, palabra que suena a los mismos, como los sobreendeudados España e Italia. Vuelven los halcones monetarios y el encarecimiento crediticio nos va a coincidir con la primera sangría del verano. Pásese al tipo fijo, por estos tipos, menudos tipazos.

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