IGUEL Bosé tiene la verdad sobre el covid y las vacunas contra una enfermedad en la que no cree. Así lo ha asegurado en su última entrevista en la que ataca a los gobiernos de todos los países de cometer un "genocidio". Una vez más, el cantante se ha vuelto a mofar de los muertos por el coranavirus y va más allá acusando a los países de inventar variantes para matar a la gente. A los que hemos perdido familiares y amigos durante esta pandemia su discurso nos resulta, como poco, indignante. Nadie duda de sus habilidades como cantante. Incluso dicen que está vendiendo muchos ejemplares de su libro en el que relata frustraciones, amores, traumas y una parte de la historia de España que le tocó vivir como hijo del clan Dominguín. Pero como diría mi abuela, zapatero, a tus zapatos. En su última aparición en un canal mexicano, ha pedido que se apaguen las televisiones de todo el mundo "para dejar de escuchar las mentiras y la manipulación con la que están sometiendo a la gente". Yo pido lo mismo, apaguemos las televisiones para dejar de escuchar discursos que no estén sustentados en argumentos científicos. Y una pregunta que se me plantea cada vez que le oigo: Si está tan en contra de las vacunas, ¿cómo puede ofrecer conciertos y moverse por el mundo sin vacunarse cuando los demás tenemos que llevar el certificado covid en los dientes? Eso sí que es un expediente X.

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