NDA la gente con la mosca detrás de la oreja, pero no por un tema en concreto, sino por la situación que vive una sociedad cada vez más estresada, sin ver la luz al final de un túnel que se antoja infinito. Pandemia de covid-19, muertes de personas mayores en residencias, confinamiento, aplausos olvidados desde el balcón, videopotes, mascarillas, guantes, gel hidroalcóholico, ERTE, teletrabajo, pérdida de empleos, imposibilidad de visitar a familiares o amigos que residen en otros municipios, prohibición de realizar las compras habituales en centros comerciales que no están en la localidad de residencia del consumidor, salvoconductos para desplazarse al lugar del trabajo, bares y restaurantes cerrados a cal y canto, cines y teatros abiertos a medio gas, conciertos minimalistas, políticos desaprensivos y aprovechados gerentes de hospitales que se saltan la lista de vacunación sin respetar ninguna norma establecida, empresas y laboratorios farmacéuticos que prometen el oro y el moro (¿es políticamente correcto?), cobran aún más y después incumplen los contratos firmados con la Comisión Europea porque hay países que pagan cada dosis de vacuna por encima de lo acordado con los 27 miembros de la Unión Europea; más de cien millones de contagios en el mundo... Demasiadas desgracias como para obviar la realidad. Una realidad teñida de cansancio que nos tiene a todos hasta el gorro.

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