HORAS antes de fracasar el primer intento de investidura, el artista urbano TVBoy plasmó en una pared de Barcelona a Sánchez e Iglesias fundiéndose en un beso tras retratar a Messi como un santo. Si la vida es como un partido de fútbol a ida y vuelta, la relación frustrante entre estos líderes políticos honra la literatura del desaparecido Camilo Sesto, que ha puesto sintonía a tantas situaciones como la imaginaria en la que podrían estar sumidos estos. Pablo, a Pedro: “De nada sirve que yo te llore, de nada sirve que yo te implore”. Pedro, a Pablo: “Perdóname, si pido más de lo que puedo dar, si huyo cuando tú me necesitas más”. Pablo, a Pedro: “Perdóname, si no soy quien tú te mereces”. Pedro, a Pablo: “Ya no puedo más, siempre se repite la misma historia; estoy harto de rodar como una noria”. Pablo, a Pedro: “El amor de mi vida sigues siendo tú; por lo que más quieras, no me arranques de ti; de rodillas te ruego, no me dejes así”. Pedro, a Pablo: “Perdóname, si los celos te han dañado alguna vez, si alguna noche la pasé lejos de ti, en otros brazos...”. Pablo, a Pedro: “Siempre me traiciona la razón y me domina el corazón; soy tu amigo y quiero ser algo más que eso”. Pedro, a Pablo: “¿En mi casa y en mi alma hay un sitio para ti?”. Y así, a modo de quién cuelga primero, nos tienen a la ciudadanía inmersa en la “melancolía”, sin percatarse que del amor al odio hay un paso, a la espera del giro en los acontecimientos. “Quererte a ti, es callar y esperar”.

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