Casi más complicado que resolver el enigma de si fue primero el huevo o la gallina resulta adivinar el orden originario de ciertas noticias que nos asaltan a menudo. ¿Es primero el político el que filtra un hecho determinado a un medio de comunicación para que este lo lance al estrellato informativo, o es el medio el que pone la carnada en el anzuelo para que el político se dé un banquete público? Es decir, ¿los medios marcan la agenda política o la política marca la agenda informativa? Seguramente, la realidad unas veces es huevo y otras gallina, unas veces son los medios los que ponen un huevo político y otras es este el que alumbra un polluelo al que esperan micrófonos ávidos de cacareo. Y es en este duelo en el que quedan en evidencia medios que alardean de una independencia política y económica que solo los más ingenuos se tragan. Porque esa gallina siempre pone los huevos en el mismo sitio y sus huevos siempre revientan en aves del mismo corral. Los más despreocupados sorben el caldo de la primera tan ricamente y se comen con patatas los huevos que les sirven en el plato, en un cotidiano menú del día que consideran muy saludable pero que, en realidad, les está envenenando poco a poco. Cada uno podrá poner en el papel de gallina y huevo al medio y al político que le apetezca, pero no estaría de más tener en cuenta que quien hace denodados esfuerzos para ocultar su verdadero plumaje, poca verdad puede ofrecer en el resto de su actividad.