A falta de tema único, vamos con un poco de miscelánea. En las próximas líneas enconarán a la futura Nobel de Economía Esperanza Aguirre, a un tipo farfullando del negro-negro de Arzalluz (y, ya puesto, de este humilde tecleador), y, cómo no de lo que va de la breve Liz Truss al eterno Pedro Sánchez. Por ahí empezamos.

"Puestos a que alguien ponga sus barbas a remojar a la vista de como se las cortan a Truss, el que debería hacerlo es Sánchez"

Emilio Campmany (Libertad Digital)

Realmente, era impensable que algunos opinadores diestros dejaran pasar la oportunidad de establecer el paralelismo. “Sánchez, Truss y el Partido Tory”, titula Emilio Campmany su tirabuzón londinense-matritense en Libertad Digital. La idea es que Truss cavó su tumba con el mismo impuesto a los ricos de Sánchez, así que el inquilino de Moncloa debería ir haciendo las maletas: “Lo que estaba mal pues era el conjunto de los presupuestos, no una concreta medida de ellos. De forma que, puestos a que alguien ponga sus barbas a remojar a la vista de como se las cortan a Truss, el que debería hacerlo es Sánchez y no Feijóo, que en el poco tiempo que llevan sus presupuestos danzando en la prensa han recibido más varapalos que los británicos”.

En El Debate, Luis Ventoso nos larga un sesuda explicación sobre el fiasco de la ya casi exprimera ministra y reserva el párrafo final al objeto de sus obsesiones: “Se estará preguntando algún lector: ¿Y cómo es que a Sánchez, con la disparatada política de derroche que está llevando a cabo, no le ocurre con los mercados lo que le ha ocurrido a Truss? La respuesta es sencilla: España comparte moneda con Alemania. Nos ampara el colchón de la UE y del BCE. Con plena soberanía y la vieja pela, ante una verbena manirrota como la de Sánchez estaríamos abocados a una devaluación salvaje para tratar de salvar la nave, porque no querrían nuestro bono ni en Burkina Faso”.

"El precio de la energía no es una consecuencia de la guerra ni de los problemas de suministro, sino del intervencionismo regulatorio"

Esperanza Aguirre (The Objective)

Ya que andamos en teorías económicas de todo a un euro, aquí se nos presenta la catedrática Ciruela Esperanza Aguirre para darnos las claves que ni los requeteexpertos de la cosa manejan. Lo hace en un artículo tamaño sábana en The Objective, que contiene atrevimientos como este: “La inflación es consecuencia del abuso del endeudamiento, es decir, de la persistencia de déficits públicos constantes y reiterados a lo largo del tiempo”. Va a ser eso. Y también va a ser que la invasión rusa de Ucrania y la falta de gas no influye en el aumento del precio de la energía, ¿verdad?. Que alguien le sujete el cubata a la lideresa, que pontifica: “El precio de la energía no es una consecuencia de la guerra ni de los problemas de suministro, sino del intervencionismo regulatorio y fiscal de los Estados”. Lo dicho, Nobel súbito.

Y como fin del breve batiburrillo que nos ha salido hoy, les traigo la evacuación de un tal Álvaro Martínez en ABC. “El «negro-negro» y la gallina vasca” es el nada original título (yo diría que es autoplagio) de una pieza que toma como excusa el episodio de unos brutotes del terruño acosando en Iruña a un cubano que llevaba una bandera española. Qué ocasión para resucitar a Xabier Arzalluz y, en el mismo viaje, dejar la mano suelta para atizar a un tipo que se apellida como servidor. O, quién sabe, tal vez hasta sea yo: “Es una lástima que algunos nacionalistas –como el difunto del «árbol y las nueces»– se quedaran allí, haciéndose fuertes en la prehistoria, alentados quizá por los aplausos de presuntos analistas –¡ay Vizcaíno, hablar tú de indecencia!– que meten a quien critica ese frenesí racista en la caverna que en realidad ocupan ellos, incapaces de estar con el aire evolutivo que llevan los tiempos”. Salud.